pt 17.5

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JungKook caminaba por los pasillos de la universidad, se dirigía a la oficina de su padre. Había sido llamado por él después de que se enterara que estaba faltando a clases.

La secretaria le dijo que esperara mientras su llegada era anunciada, él asintió sin muchas ganas y se sentó en la pequeña sala de espera luego de que le dijeran que el rector estaba atendiendo a unos alumnos. Su pie estaba flexionado haciendo que su pierna se moviera de arriba-abajo con rapidez. Limpiaba sus manos llenas de sudor en su pantalón y sentía que su cara se enfriaba. Esperar por el regaño de su padre siempre lo hacía sentir de esa manera.

Escuchó como la puerta de la oficina era abierta y posó su vista en los alumnos. Se asombró un poco, pero trató de que no se notara demasiado.

—Kookie —exclamó JiMin llenó de entusiasmo—. ¡Cuánto tiempo sin verte!

Jeon tragó saliva. Ah, ¿por qué ellos?

—JiMin —sonrió a medias—. Lo mismo digo.

Trataba de concentrar toda su atención en JiMin y no dirigir su vista hasta su hermanastro.

—Tengo que irme. —Se despidió—. Nos vemos luego.

—Nos vemos —contestaron, pero no era la voz de JiMin. Era la voz de sus pesadillas y sueños. ¿Por qué SeokJin tenía que estar ahí también?

Llamó a la puerta despacio, y asomó su cabeza para encontrar a su padre tecleando algo en el ordenador.

—¿Puedo pasar? —preguntó.

—No lo sé —contestó su padre aún con la vista en la pantalla—. ¿Puedes?

Jeon entró cerrando tras de sí la puerta, no tenía el valor ahora para responder a los juegos de su padre.

—Toma asiento.

Y así lo hizo. Siguió con el movimiento frenético de su pie y comenzó a morderse las uñas.

—Te he dicho que no hagas eso —mencionó su padre poniendo al fin la mirada sobre él—. Ni los pies, ni las manos.

Se detuvo, tratando de contenerse.

—¿Sabes por qué te mandé a llamar?

—Sí —dijo algo tímido.

—¿Lo sabes?

—Sí.

—¿Y bien?

JungKook no entendía qué quería su padre de él. No contestó.

—¿Me vas a decir que has estado haciendo mientras faltabas a clases? —cuestionó con voz autoritaria.

—He ido a la biblioteca, al parque, a casa, a jugar videojuegos en la plaza y a comer. Si eso es lo quieres saber, y no, no he estado bebiendo hasta caer al piso.

—Ya hemos pasado por eso. No quiero que repitas tu historia.

—No lo hago —aseguró.

—Recuerda que si tu madre viviera...

—Ella no estaría orgullosa por lo que he hecho, lo sé.—Le interrumpió. Ya se sabía la oración de memoria—. Pero no lo estoy haciendo.

Quizás se estaba engañando a sí mismo, porque había vuelto a beber un poco... Y probablemente se haya acababa una cajetilla en menos de dos días. Pero su padre no tenía porque enterarse, todo estaba bajo control. No tenía por qué mencionar a su madre siempre, en cada charla, discusión, o lo que sea. No tenía que recordarle lo triste que ella estuviera si ella viviera para ver a su hijo emborrachándose hasta perder la conciencia en compañía de SeokJin. Incluso llegó drogado en varias ocasiones, todo esto antes de entrar a la universidad. Pero, él no debía... O más bien, no quería escucharlo.
Porque el saber cómo estaría su madre respecto a sus actos lo hacía sentir mal, un mal hijo... Aunque ya lo era.

«Háblame» [NamGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora