«Háblame» [NamGi]

Pt eX¹tra

N/A: Bueno, yo no sé si ustedes se habrán dado cuenta (espero que sí) pero a mí se me pasó decirles esto:

Resulta que en lo que fue de la historia, nombré a dos personas como Iseul. Sin embargo, eso no fue todo, parece ser que también las he mencionado o he pensado en hacer mención de ese nombre en otras historias y yo me quedé como: "¿por qué no me había dado cuenta?" Me percaté que me gusta muchísimo ese nombre llegando a utilizarlo en todo.

Quería contarles nomás, así que si lo ven por ahí es que se me ha escapado en otra historia. Por cierto, según una página web —¿de dudosa procedencia?— significa "Rocío".

☠Advertencia: una disculpa si esto no fue lo que esperaban; me esforcé, sin embargo soy nueva en esto.

Gracias por leerme.

–Lali. ∆

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A m o r

Tengo miedo de verte, necesidad de verte, esperanza de verte, desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte, preocupación de hallarte, certidumbre de hallarte, pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte, alegría de oírte, buena suerte de oírte y temores de oírte.

O sea resumiendo, estoy jodido y radiante, quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.

–Mario Benedetti.

Hay días en los que una persona se siente realmente bien, una paz embarga su ser y su pecho se siente purificado, limpio. Respira y sólo puede sentir la frescura del aire en sus pulmones, las preocupaciones se difuminan como colores en agua; otros en los que se siente una completa agonía inhalar oxígeno para tener que vivir.
YoonGi lo sabía muy bien, mientras miraba sentado hacia afuera de la ventana.

La lluvia caía lentamente haciendo ritmos casi armónicos contra el cristal, veía como las copas de los árboles se movían a lo lejos, y uno que otro paraguas pasar por sobre la calle. Las personas deberían tener algo importante qué hacer para salir con un clima así. Sus rodillas estaban flexionadas hacia arriba mientras su cabeza descansaba débilmente sobre ellas. Ese día había ido a la cita con el psicólogo. Sin embargo, no se sentía bien. No era como si fuese un retroceso luego de asistir tres meses con alta constancia y mucha fuerza de voluntad, sólo… Solamente se sentía diferente.

No tenía un hueco en su corazón, ni mucho menos ganas de matarse a la primera oportunidad que tuviese. En realidad, no sabía muy bien que sentía. Así que se limitó a seguir observando la lluvia, a escuchar el lejano ruido que atravesaba la ventana.