Hay momentos en la vida que se describen como nuestro clímax, el momento cumbre de la solución a algún problema. La satisfacción que sentimos al saber que todo se resolverá de una forma correcta, o en todo caso, estable. Esos momentos en los que nos encontramos al borde de un acantilado de presiones y miedos que no nos dejan vivir en paz, nos hacen preguntarnos: ¿Viviré con esto para siempre? ¿Me lo merezco, realmente me lo merezco? ¿Por qué no acaba nunca? ¿Qué he hecho mal? ¿Qué está mal conmigo? ¿No soy lo suficiente? ¿No valgo nada?
Y millones de pensamientos más de este estilo nos aturden, nos envuelven, nos llevan a un pozo sin fondo. Entonces llega el día en que una pizca de voluntad dice: ¡Alto!
Es ahí donde conectamos nuevamente con la realidad para preguntarnos: "¿Qué estoy haciendo?"Justamente eso se preguntaba YoonGi, sentado en la cafetería a la que había ido alguna vez con su padre, nuevamente frente a frente. Ambos se miraban entre ratos, ninguno había dicho palabra alguna desde que llegaron, habían quedado verse por medio de mensajes y fue el chico quién lo contactó. Su razón principal era terminar con todo de una buena vez, empezar desde otra perspectiva; liberarse.
También una angustia transitaba por el cuerpo de Min, ¿no era ésta la misma cafetería en donde había visto a SeokJin?
Estaba viendo cuidadosamente el lugar cuando la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos—: ¿Cómo te ha ido? —preguntó el señor Min amablemente—. Te ves mejor que antes.
Yoon lo observó, ahí estaba de nuevo esa sonrisa, la misma que siempre trataba de pasar desapercibida, de no hacerse ilusiones, porque no era real.
[Bastante... bien.] Expresó, deseando que llegara algún mesero a dejar el menú. [Gracias por venir.]
—¿Cómo no iba a venir? ¡No te he visto hace días! —exclamó y después soltó una risilla tonta.
[Cierto. De todas formas, gracias por esto.]
—¡Hola! Bienvenidos al Café Park —interrumpió un joven—. Les dejo el menú para que puedan elegir a gusto.
YoonGi reconoció la voz de JiMin y alzó su vista para encontrarse con su mirada.
—Hey, YoonGi —saludó alegremente—. ¿Qué tal?
El señor Min carraspeó para darse a notar, entonces YoonGi salió de su trance. Sin embargo, se quedó congelado de nuevo porque no sabía cómo responder y cómo presentar a su padre; JiMin no sabía lenguaje de señas. ¿No lo haría sentir incómodo? Así que simplemente le sonrió a JiMin, para después suplicarle con la mirada a su padre.
—Soy el padre de YoonGi. —Se presentó, comprendiendo—. Un gusto.
[Hola, soy JiMin. Amigo de YoonGi.]
Observó asombrado como JiMin movía sus manos con astucia y la como sus mejillas fueron ruborizándose. YoonGi también se impresionó por el hecho de que se presentó como su 'amigo', era un buen paso para él, ¿no? Hacer más amistades.
—¡Oh! —exclamó el señor Min—. ¿Así que también puedes hablar lenguajes de señas? Increíble en verdad.
—Estoy empezando a estudiarlo —corrigió JiMin todavía con rubor en su cara—. Así que sé lo básico.
[¿Él es tu novio?] Preguntó el señor Min a su hijo.
[No.] YoonGi negó fuertemente con la cabeza.
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«Háblame» [NamGi]
FanfictionEl amor que siente NamJoon se ha ido descubriendo poco a poco. ¿Cómo podría decirle "te quiero" a YoonGi sin arruinar su amistad? O ¿Cómo podría YoonGi amarse a sí mismo? ¿Cómo podría decir "te quiero"?