En el mundo existen aproximadamente 7450 millones de personas, cada una de ellas tiene cualidades y debilidades que deben trabajar para conseguir ser mejores cada vez más. Todos tenemos miedos, alegrías, descontentos y penas, al menos una vez al día.
Y eso YoonGi lo tenía muy presente, porque justo se estaba mirando al espejo detenidamente. Primero observó sus ojos; eran oscuros y algo profundos, pero pequeños, sus pestañas no se veían demasiado, sin embargo descubrió que le encantaban. Se dio cuenta que tenía cejas un tanto espesas y oscuras; le agradaron. Sus labios eran delgados con un leve color rosa, y estaba bien. Su cabello negro había crecido en el último tiempo, aún así estaba algo sedoso, quizás sólo debía cuidarlo más para conservar su brillo. Notó sus pequeños lunares, uno yacía sobre casi la punta de su nariz en el lado derecho mientras que el otro estaba en su mejilla del mismo lado, casi a la misma altura y por primera vez le pareció que se veían bien en su rostro.
Paseó su vista por su cuerpo, admirando cada centímetro de este, asombrado por ser capaz de verse semi desnudo —tenía sus calzoncillos puestos— en mucho tiempo. Algunas de sus venas en la parte de sus muslos se notaban demasiado, no era algo de que preocuparse. Observó su abdomen, si bien no estaba marcado, se encontraba bien para alguien de su edad.
Vio de nuevo su cara y se encontró a sí mismo sonriendo, pudiendo notar como sus encías se mostraban cuando lo hacía, así que sonrió más. Le había gustado la forma en la que sonreía y como sus ojos se hacían más pequeños mostrando unas pequeñas arrugas alrededor de ellos. Expiró una gran cantidad de oxígeno que había estado conteniendo desde que empezó su minuciosa inspección sobre su cuerpo y como si estuviera loco empezó a reír levemente. Una risa ligera, bajita, que irrumpía el silencio en su habitación. Unos segundos después tomó aire, viéndose una vez más al espejo.
[Te quiero.] Expresó, alternando su vista entre sus manos y su cara en el reflejo.
Su pecho empezó a inflarse poco a poco, hasta que volvió a expulsar todo el aire.
[Te quiero mucho.] Las lágrimas empezaron a deslizarse lentamente por sus mejillas hasta perderse en su cuello, pero no se detuvo.
Tenía que lograrlo.
Después de la primera cita con el psicólogo había entendido ciertas cosas que pasaban por su cabeza. De repente encontró otra perspectiva del mundo a su alrededor, maravillándose con ese nuevo cúmulo de emociones. NamJoon había estado presente cuando salió, y lo único que pudo hacer fue hundirse en su pecho para que no lograra ver cómo él había estado llorando.
Llorando por todo lo que nunca fue capaz de confesar a sus padres.
[No quiero odiarla, no lo hago.] Había expresado al psicólogo. [Simplemente ella ha sido demasiado cruel. Sin embargo es mi madre, ¿no debería perdonarla?] Movía sus manos inquietas. [¿No es así como debe de ser?]
ESTÁS LEYENDO
«Háblame» [NamGi]
FanfictionEl amor que siente NamJoon se ha ido descubriendo poco a poco. ¿Cómo podría decirle "te quiero" a YoonGi sin arruinar su amistad? O ¿Cómo podría YoonGi amarse a sí mismo? ¿Cómo podría decir "te quiero"?