Los días habían pasado como agua en una cascada, los sucesos habían pasado tan fugazmente. La mente de YoonGi se sentía extrañamente tranquila, en paz. Su recuperación había sido exitosa, sólo había quedado una pequeñísima cicatriz que según el médico pronto desaparecería.
Se levantó de su cama, ese día se sentía decidido, una nueva actitud que no conocía lo rodeaba, una nueva emoción.
Santo cielos, se sentía feliz.
Verdaderamente feliz. Y es que había soñado con NamJoon, había soñado con el beso en el hospital y con la declaración de su amor. Después de eso, su novio fue incluso más cariñoso, de ser posible hubiese dormido en la misma cama que YoonGi sólo para no despegarse de él, y asegurarse de que estuviese bien, pero su suegra no lo dejó.
—¿Qué van a pensar tus padres? ¡Ve a dormir a tu casa ahora! —exclamó la madre de Yoon, algo exaltada. Había encontrado a NamJoon durmiendo en el sillón a lado de YoonGi, mientras que su hijo le sacaba fotos discretamente porque tenía la boca abierta.
—Ellos saben que estoy aquí, señora Min —dijo con tono persuasivo.
—Ajá —chasqueó su lengua—. Vete a casa ahora. —Su cara no daba para más discusión. Era hacerle caso o buscarse un jalón de orejas.
El corazón de la señora Min tembló al ver la triste expresión de NamJoon, suspiró rendida y cansada—: Sé que quieres cuidarlo siempre, pero tienes que descansar. Recuerda que siguen tus clases en la universidad, no debes descuidarte, ¿de acuerdo? —Su tono de voz salió dulce, le recordó a los sermones de su madre—. Recuerda que aún tiene a su madre, si tanto quieres ayudar, hay que apoyarnos mutuamente. Las cosas no saldrían bien si uno de los dos anda con ojeras y cansado todo el tiempo, ¿entiendes? —NamJoon asintió—. Estoy muy agradecida por tu ayuda, ahora ve a casa a descansar.
NamJoon le sonrió, se despidió de Yoon con un beso en la frente y susurró muy quedito en su oído—: Te amo, dulces sueños.
YoonGi se ruborizó, la voz de Nam lo volvía loco. Se había quedado estático, sus ojos se mantuvieron sorprendidos.
Le encantaba escuchar esas palabras de NamJoon, le encantaba NamJoon.
Dios mío, amaba tanto a NamJoon.Salió de su ensoñación cuando escuchó el sonido de la puerta cerrándose. Sólo así pudo concentrarse en su madre, tragó saliva cuando vio su mirada reprochadora.
—Él pobre estaba durmiendo tan mal, ¿por qué no lo enviaste a casa?
YoonGi se sintió mal, era cierto no debió ser tan egoísta con Nammie. Después de todo, él se había esforzado tanto…
[Fui egoísta, ¿no es así?] Preguntó aunque ya sabía la respuesta.
—Sé más razonable para la próxima. —Fue lo único que dijo su madre antes de ponerse hablar de otra cosa.
YoonGi tenía tres días sin haber visto a NamJoon, y eso también era motivo para que se sintiera feliz porque este día lo vería… en la universidad. Tenía que recuperar sus clases, así que —tristemente— asistiría. Después de prepararse y despedirse de su madre, fue directo a la parada para tomar su transporte.
Fue una grata sorpresa encontrarse al ladrón de sus sueños ahí, sentando con una gran sudadera negra que se le veía extremadamente bien. YoonGi sonrió todo el camino hasta que al fin estuvo frente a NamJoon.
—Hola, hola —saludó Nam con una sonrisa con hoyuelos.
YoonGi sonrió mostrando sus encías y arrugando sus ojos.
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«Háblame» [NamGi]
FanfictionEl amor que siente NamJoon se ha ido descubriendo poco a poco. ¿Cómo podría decirle "te quiero" a YoonGi sin arruinar su amistad? O ¿Cómo podría YoonGi amarse a sí mismo? ¿Cómo podría decir "te quiero"?