Kim SeokJin había sido una persona víctima de las circunstancias, ¿podemos decirlo de esa forma? Víctima de un padre abusador que buscaba constantemente hacerlo sentir mal a su corta edad. ¿Era eso suficiente para hacer lo que hizo? ¿Molestar a tantas personas solamente para opacar su furia interna? ¿Podemos decir que estuvo bien?
Su cabeza dolía y punzaba en puntos específicos, mantenía una mueca de dolor en el rostro y fruncía su ceño ligeramente.
—¿Cuánto tiempo más tengo que quedarme aquí? —preguntó Jin a su hermano.
JiMin había llegado luego de que JungKook se fuera, y él había permanecido viéndolo simplemente.
—Creo que un par de días más —respondió confuso—. No estoy seguro, la enfermera tenía prisa.
—Bien —soltó tratando de suavizar su expresión—. ¿Y mamá?
—Tu padre se ha ido esta mañana, sabes cómo es esto… y…
—Mamá no hizo nada ésta vez tampoco, ¿verdad? —dijo con un toque burlón y algo dolido.
—No debería sorprenderte.
—No lo hace, sin embargo, ¿cuánto tiempo seguirá esto? ¿Hasta que él muera? Es impensable que ella siga de esa forma.
JiMin suspiró, sabía lo doloroso que era para su hermano ver a su progenitora en un cuento de nunca acabar. Así que decidió cambiar de tema, aunque tampoco éste le agradaría a Jin.
—Me preguntaba… —comenzó diciendo JiMin—. ¿Peleaste con NamJoon?
—¿Quién es ese? —preguntó posando una mano sobre su estómago.
—El novio de Min YoonGi —respondió con obviedad.
Jin se mantuvo en silencio, mirando a su hermano, tratando que no se notara su asombro de por qué su hermano sabía sobre esas personas.
—¿Qué sabes tú? —averiguó tajante.
—Los conozco a ambos. No sabía que molestaban a YoonGi, ¿por qué él? —cuestionó molesto—. ¿Es en serio?
Jin permaneció callado, viendo el techo blanco de la habitación. No quería discutir ahora, no era el momento.
JiMin suspiró fuerte y pesado, para después decir—: No tenías motivos suficientes para herirlo, ni siquiera tenías el derecho de hacerlo.
Jin cerró sus ojos fuertemente, evitando a toda costa de llorar. Sabía muy bien que JiMin empezaría un sermón.
—¿En qué mierda estabas pensando? ¡Eres mayor que yo y te comportas como un chiquillo! ¿Por qué hiciste todo eso? —preguntó rudamente, viéndolo furioso.
—Basta, no sigas —dijo en cambio Jin, su voz casi temblando.
—Ah, ¿quieres que pare ahora? —soltó una risa irónica—. ¿Y quién te iba a parar a ti? ¿Te pusiste a pensar todo lo que has ocasionado? El dolor y la angustia de Min en todos esos momentos, ¡¿y ahora quieres que pare?! —Se acercó a él—. ¡¿Qué quieres, Jin?! ¿Qué es lo que buscas realmente, ah?
—Basta —musitó Jin, conteniéndose de gritar. Un fuerte nudo se había alojado en su garganta.
—¿Basta?, ¿es todo lo que dirás? ¡¿Basta?! ¡¿Qué mierda quieres?! ¡Responde! —gritó JiMin completamente rojo de su rostro, aunque sus ojos se movían intranquilos y estaban acuosos.
—¡Qué te largues! —gritó Jin—. ¡Quiero que te largues ya, maldita sea! ¡Quiero que los dos se vayan de aquí! —Siguió gritando, pero las lágrimas resbalaban por sus mejillas—. Fuera de Corea, fuera de mi vida, ¡quiero que se salven los dos! ¿Crees que no sé que hice mal, ah? ¡Crees que no lo sé! Adivina qué, ¡claro que lo sé! Y ahora estoy postrado aquí con un maldito dolor y sé muy bien que me lo merezco porque he sido un completo idiota, un desalmado. ¡Lo sé! ¡Ya lo sé, maldita sea! No tienes porqué repetirlo, no tienes porqué hacerlo, ni siquiera deberías estar preocupado por mí, no somos nada. No hay sangre que nos una y sin embargo, te estoy pidiendo que te lleves a mamá contigo. Necesito saber que los dos van a sentirse seguros nuevamente. —Las lágrimas corrían despavoridas por su piel, así que llevo su antebrazo hasta sus ojos para cubrirse un poco—. Perdóname —murmuró.
JiMin observaba atónito la confesión de su hermano, jamás se hubiese imaginado algo como eso.
Rápidamente trató de recuperarse de la impresión para poder proporcionarle palabras de ánimo a su hermanito, pero no pudo.
¿Nunca habían sido nada? ¿Y la hermandad que se decían tener?—Hyung, no… —Su voz se quebró—. ¿Nunca me tomarás como un integrante de tu familia? Te he considerado mi hermano desde que tengo memoria, somos hermanos. ¿Es fácil para ti negar eso ahora? ¿No somos hermanos? Ni siquiera pido el amor de mamá, con el tuyo me es suficiente —sollozó—. ¿Quieres que me la lleve? Lo haré si ella quiere. Perdón por tratar de ayudarte, sé que no tengo derecho de darte una especie de sermón. Tienes razón, no hay sangre que nos una, pero a mí eso no me importa.
—JiMin yo… —interrumpió Jin al notar el efecto de sus palabras dichas—. No quise decir eso, y…
—Pero lo hiciste —dijo poniendo una mueca de lado—. Lo hiciste, ¿sabes qué es peor? No me importa. Yo te seguiré considerando mi hermano a pesar de todo porque eso es lo que hacen los hermanos, ¿no? Se apoyan incondicionalmente, sin importar qué.
—JiMin…
—Si querías atención, entonces debiste haberme dicho para poder dártela —tragó fuertemente—. Si querías ayuda, debiste consultar conmigo para encontrar una solución juntos, porque eso es lo que hacen los hermanos, Jin. —Las lágrimas corrían, sus dedos temblaban, su voz salía gangosa—. Si querías que mamá estuviese segura, pudimos hablar con ella. Y no lo hiciste porque nunca fui nada como un hermano para ti, ¿no es así? Sólo sigo siendo el pequeño huérfano que tu madre hizo el favor de recoger porque no tuvo opción. Perdón por eso, SeokJin.
—¡No! —gritó nuevamente Jin, angustiado—. ¡No! Yo no quise decir eso. Perdón, estoy siendo un idiota otra vez. ¡Te amo! ¡Te amo como no tienes una idea! ¡Eres mi hermanito, ¿cómo podría no amarte?! Perdóname.
—¡¿Por qué has dicho todo eso?! —soltó JiMin un poco agresivo y sumamente dolido.
Jin miraba a JiMin, sus ojos se conectaron durante unos segundos hasta que decidió hablar—: Porque tengo miedo —confesó al fin—. Y se supone que soy el mayor aquí, pero estoy aterrorizado. No quiero que nada te pase, ni a mamá.
»Tengo mucho miedo y no sé cómo seguir adelante. No he podido cuidarlos bien, aunque llevo años tratando siempre surge algo más, después llegó mi padre y todo se fue al diablo. Estoy tan avergonzado por todo lo que he hecho. Soy culpable, lo acepto. No sé cómo corregir todo lo que hice y no sé cómo sacar a mi madre de ese infierno. Me siento tan miserable… —dijo en un hilo de voz, desviando la vista de su hermano.
—¿Qué es lo que quieres, Jin? —preguntó de nuevo JiMin, siendo cauteloso.
—Quiero ser feliz —respondió con un sollozo—. Quiero ser fuerte para ti y mamá. Quiero protegerlos. Quiero ser valiente y ya no tener miedo. Pero…
—¿Pero…? —repitió JiMin.
—Pero no quiero hacerlo solo, no puedo… —suspiró—. Ya no puedo más. Te necesito conmigo, JiMin. Necesito a mi hermano conmigo.
—Y aquí voy a estar, hyung —aseguró JiMin con una pequeña sonrisa que no combinada con sus ojos llorosos.
Lentamente JiMin se colocó a lado del cuerpo de Jin, subiéndose a la cama para poder abrazarlo.—Te amo. —Le dijo Jin acariciando sus cabellos.
—También te amo —respondió JiMin, hundiendo su cabeza en el pecho contrario—. Si necesitabas palabras de aliento, sólo debías pedirlas. Siempre te las daré.
Jin le agradeció y después de unos segundos de estar en esa posición habló nuevamente—: Ah, ¿JiMin? —preguntó obteniendo un ruido por parte del contrario para que prosiguiera—. No dudes del amor de nuestra madre, ella te ama mucho.
JiMin sólo pudo abrazarlo más. ¿No es el amor fraternal algo necesario? A pesar del dolor que había aparecido, poco a poco el corazón de éste se fue calmando. SeokJin nunca diría palabras como esas otra vez, se lo prometió a sí mismo. ¿Cómo podría dañar a la persona que siempre lo había apoyado desde pequeños?
¿No parece que el amor hace estragos extraños en las personas?
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Editado 17/07/19.
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«Háblame» [NamGi]
FanfictionEl amor que siente NamJoon se ha ido descubriendo poco a poco. ¿Cómo podría decirle "te quiero" a YoonGi sin arruinar su amistad? O ¿Cómo podría YoonGi amarse a sí mismo? ¿Cómo podría decir "te quiero"?