pt 22

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La habitación donde se encontraba SeokJin se había mantenido silenciosa durante un buen rato, esto lo hizo despertar pues había dejado de escuchar la respiración de JungKook desde hacía un rato.

Se había ido.

Él en verdad se había ido.

Estaba bien, ¿no? Después de todo él fue quien se lo pidió así que no debería importarle, sin embargo creyó que al menos se despediría de él y no se iría huyendo como si fuese un criminal. SeokJin frotó sus ojos y trató de apoyar su espalda contra el respaldo de la cama, una mueca de dolor apareció en su rostro; el estómago le dolía fuertemente. Al final, aguantando el dolor logró posicionarse a como quería. Después de unos segundos la curiosidad lo estaba matando, así que levantó la bata que traía puesta para observar como su estómago estaba de un combinación de colores que rondaban entre el morado, azul y verde. Era escalofriante.

—Idiota. —Se dijo a sí mismo. Volvió acomodar la bata y echó su cabeza para atrás.

SeokJin lo sabía. Sabía que esos sujetos no eran sus amigos, pero jamás creyó que ellos serían capaz de dejarlo tirado quizás a punto de morir. No confiaba en ellos, pero había pensando que no serían la clase de personas que dejarían a uno de los suyos en peligro.

Imbécil.

¿Lo era realmente? Sí.

¿Se arrepentía? Lo pensó durante un instante y se encontró a sí mismo negando con la cabeza.

No.

No se arrepentía por haberse juntado con ellos por más estúpido e idiota que sonara; él había buscado su propia desgracia así que estaba bien que estuviera postrado en la cama de un hospital pagando las consecuencias de sus propios actos.

Tragó saliva con dificultad. Entonces, ¿qué era ésta opresión en su pecho?
Lo pensó por unos segundos más observando el techo totalmente blanco de la habitación, después los cerró para enfocarse en su respiración.

Sí, había algo de lo que se arrepentía. Él dañó a muchas personas en su loco cambio de actitud por no saber sobrellevar toda la situación familiar que lo rodeaba. Él quiso exteriorizar su sentir de una forma poca sana haciéndole daño a otras personas, no sólo a JungKook o YoonGi, sino también al novio de YoonGi; quizás a la pobre madre de Min, todavía podía ver la forma en cómo se asomaba por la ventana con una expresión asustadiza. Después su mente le recordó a otras personas, aquella chica que lloraba en medio del círculo que ellos habían formado. La molestaban sólo porque sabían que ella jamás abriría la boca, también estaba aquel sujeto del que tampoco recuerda su nombre; sus cosas siempre aparecían en los cestos de basura.

Ah, era un completo tonto.

Pareciese que un manto se había posado sobre sus ojos hasta este momento en que se dio cuenta que lo tenía y pudo quitárselo de su rostro.

Su mente estaba siendo cruel con él, pues los recuerdos de su infancia empezaron aflorar como si tuviese de nuevo ocho años.

Su padre ebrio, gritando palabras altisonantes por toda la casa, empujando a su madre contra la pared sin razón alguna, después un par de bofetadas serían dadas con coraje sobre la mejilla de su madre; ella sólo bajaría la mirada, ella no lloraría en ese momento, se aguantaría hasta que su esposo se calmara y se fuera nuevamente. Ella correría a encerrarse en la recámara principal, sin detenerse a ver cómo un pequeño SeokJin se mantenía cubriendo su boca con sus manitos para que sus sollozos no fueran escuchados, y no se dieran cuenta que él estaba escondido debajo de la mesa. Y así, hasta la pubertad de SeokJin.

«Háblame» [NamGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora