Pt eX³tra [pt 2]

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Las palabras hieren

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Las palabras hieren. Es algo que aprendemos desde que estamos pequeños, ¿no? Hay que tener cuidado con nuestra lengua pues podemos herir a alguien más sin darnos cuenta. Podemos atravesar sus muros si son lo suficientemente frágiles para que hagan un daño profundo. Es incluso peor cuando sabemos que estamos haciéndole daño a alguien… alguien importante para nosotros.

SeokJin lo sabía. Estaba consciente de que estaba siendo un maldito. Una persona que iba por ahí haciendo daño a todo a quien se encontraba, pero no sabía cómo lidiar con tanto dentro suyo; y eso lo ponía furioso. Claro que sentía compasión y culpa después de que, junto a sus compañeros, golpearan o jugaran con quien se encontraran en los pasillos. Todo eso lo estaba consumiendo, sin embargo no era algo que pudiera decir en voz alta.

Atrapado, así se sentía. Se decía mentiras todos los días solamente para evitar volverse loco, y se miraba al espejo para encontrar repulsión en su reflejo. ¿Cómo habría sido todo si él no hubiera hecho nada de eso? ¿Las cosas estarían mejor? Nadie puede saberlo con certeza, después de todo el pasado queda atrás, ¿no? Lo único que se puede hacer es seguir mirando hacia adelante. Y lo hizo.

Ah, cuánto esfuerzo le costó avanzar, dejar esa clase de miedos atrás. Tratar de quererse y comprender que él era fuerte, que debía perdonarse por cosas que ni siquiera había hecho en primer lugar, por ejemplo, tener un padre tan violento. Era sólo un infante, la vida lo golpeó de esa forma, sí, a veces pasa. No fue culpa del pequeño Jin tener un padre tan desafortunado como el que le tocó, pero sí fue su culpa quedarse estancado. Al menos el tiempo lo ayudó a comprender sus errores y pedir perdón a las personas que se lo merecían. En primer lugar, a JungKook.

Jeon JungKook. Ese pequeño mocoso que conoció en preparatoria y asombrosamente soportó toda aquella situación en la que estaba envuelto, eso fue lo que más lo sorprendió. Debió haberlo amado mucho para mantenerse fuerte para él, a pesar de los malos tratos y las palabras despectivas que le lanzaba cada vez que se encontraban. No consideraba que fuera útil el explicar que le dolía algo en su interior cuando le hablaba de aquella manera, ¿quién le creería? Si hubiera sido un espectador tampoco le creería al que estuviera en su lugar.

Recuerda cuando lo vio por última vez, cuando estaba postrado en la cama del hospital y cómo esperó ansiosamente horas y horas después por verlo de nuevo. Maldita sea. Pero fue su culpa, ¿no? Él debía aprender a controlar su temperamento. Tenía mucho que aprender… ¿por dónde debía comenzar? Estaba lleno de preguntas; aterrado. ¿Y si nunca lograba salir de todo aquello?, ¿y si esa sensación jamás se iba, qué iba a suceder con él? ¿Por qué de pronto todo estaba dando vueltas y más vueltas?

Las paredes en su cuarto se estaban haciendo cada vez más pequeñas haciéndole difícil el respirar, y a pesar de que la ventana se encontraba abierta el viento parecía no querer soplar con fuerza para que pudiera entrar. Su pecho se alzaba violentamente una y otra y otra vez, mientras las lágrimas comenzaban a salir. ¿Por qué demonios era un mal hijo y un mal hermano? Había lastimado tanto a su familia, su única familia. Pequeños hipidos se hicieron presentes haciendo juego con en el silencio de su habitación. La madre naturaleza parecía tenerle compasión porque de pronto comenzó a llover muy fuerte, pequeñas gotas entraban desde aquella ventana abierta y la cortina se movía violentamente por las corrientes de aire. Sentado en el suelo con la espalda golpeando un lado de su cama recordó el pasado, desde su niñez hasta su actualidad.

«Háblame» [NamGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora