Flor de cerezo

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14 de octubre:

Sakura:

Apenas cruzáramos esa puerta me iba a escuchar ¿Quién se creía para formar tal alboroto? Ni siquiera tenía claro sus razones. Sí, era el padre de mi hija pero eso no le daba derecho sobre mí como lo hizo en la fiesta... Estaba harta, aquello fue la gota que derramo el vaso. Estaciono, saque a mi hija del auto y entramos.

-¿Puedes explicarme que rayos te pasa? –estaba enojada, la puerta recién cerrada cuando ya le estaba confrontando.

-¿A mí? Yo no era la que estaba de regalada con otro hombre.

Aquello me descoloco, su comportamiento era tan anormal que ni pude formular en mi mente una causa.

-¿Regalada? ¿De qué estás hablando?

La niña se retorcía en mis brazos, seguramente intranquila por la situación.

-Solo...solo ve a tu habitación y déjame en paz.

Media vuelta en dirección a las escaleras ¿Estaba bromeando cierto? Hace una escena, me arrastra a la casa y sin más quiere que dejemos todo como si nada hubiese pasado.

-Oh no Uchiha, nada de eso, quiero que me expliques ¿Por qué te pusiste así? –le seguí a trote escaleras arriba.

-No lo entenderías... –murmuro casi corriendo hasta su habitación, antes de poder alcanzarle se metió cerrando la puerta con brusquedad.

-¡Sasuke!

Sarada continuaba balbuceando al borde del llanto, esta discusión continuaría...pero no con ella en mis brazos. Respire hondo entrando al cuarto de mi hija para acomodarla en su cuna.

-Lo siento nena...papá y mamá deben hablar, duerme ¿sí?...duerme y no oigas nada...

Prendí su móvil junto con la pantalla del techo para que simulara la noche y cayera rápidamente entre los brazos de Morfeo. Al dejar de removerse en su camita me quede tranquila, sonreí por un momento viéndole calmada con la mirada fija en su techo de estrellas... Al menos ella no sería víctima de esta tempestad. Antes de irme active el cuidado mecánico infantil, dudaba que la discusión durara mucho pero...por si acaso. La puerta principal del cuarto estaba cerrada más la de conexión con la habitación de Sarada, seguramente olvido trancarla. Al tocarla se deslizo, bingo.

-Sasuke.

Estaba recostado en la cama dándome la espalda. Ahora o nunca.

-Me voy de la casa, esta situación va de mal en peor, lo mejor es separarnos de una vez por todas –lentamente se dio la vuelta apoyándose en sus codos para erguirse un poco.

-¿Disculpa?

-Lo que oíste, no pienso vivir más en esta casa –apreté los puños buscando la voluntad para seguir hablando mientras su ceño se arrugaba.

-¿Para qué quieres irte? ¡¿Para ir con el imbécil de Gaara?! –termino sentándose explotando en gritos... ¿Por qué le metía en nuestras peleas?

-¿A qué viene eso?

-¿Crees que soy ciego? ¡¿Crees que no veo como se tratan?! ¡Demonios, Sakura! Se supone que estamos juntos y tú te vas con el primero que te sonríe.

No podía creer que realmente dijese eso...sus acciones no concordaban con sus palabras, primero me pateaba y trataba como un perro importándole un grano de arena lo que hiciera... Ahora me reclamaba hasta mis amistades.

-¿Juntos? ¿JUNTOS? No seas ridículo, bien sabes que es solo una actuación para Sarada y no me voy con el primero que me sonríe, Gaara es mi amigo, me trata con cariño y yo se lo devuelvo ¿Qué tiene de raro? No... ¿Sabes qué? No voy a seguir discutiendo este tipo de cosas contigo, no tiene caso... Además lo que haga con mi vida no es asunto tuyo.

El Resplandor de un Sueño (SasuSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora