Nada puede esconderse para siempre

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4 de mayo:

Sasuke:

El abrumador peso de los recuerdos fue demasiado forzándome a sostenerme de la pared, buscaba entre todo aquello algún indicio que le diera sentido a sus palabras... Ciertamente Sakura y yo mantuvimos relaciones pero usamos una protección cuyo índice de error era 0%... Totalmente inimaginable pensar que fallo, sin embargo según Ino lo había hecho... No podía ser posible...

Un recuerdo brillo entre aquella tempestad...Sakura sosteniendo a una pequeña niña, mis piernas temblaron incapaces de seguir manteniendo su función termine cayendo al suelo con la respiración irregular y lágrimas en los ojos...

¿Sarada era...mi hija?

Esa niña de piel nívea...ojos oscuros y cachetes rosados era... ¿Mía? Nada en el pasado pudo avisarme de su llegada porque al parecer...Sakura se fue antes que se notara.

¿Por qué?

Apreté la tela de mis pantalones entre mis dedos, arañándola, No, no había respuesta razonable para eso, absolutamente nada en el mundo justifica que me haya arrebatado a mi hija...una hija que ahora está en manos de algún lunático. Sacando fuerzas del pánico recién admitido me puse de pie...tengo que salvarla.

- Ino –llame entrando a la habitación, cualquier color existente en su rostro se desvaneció junto con las fuerzas necesarias para sostener el brazalete.

- S...Sasu...ke...

- Lo que acabas de decir... ¿Es cierto?

Puede que mi corazón lo aceptara pero mi cerebro era mucho más lento.

- Yo...yo no...no soy quien para... –balbuceo, apreté los puños, no tenía tiempo ni paciencia para esto.

- Acabas de hacerlo, ahora...confírmalo ¿Tengo una hija? –bajo la mirada hacia el brazalete vacilando en qué responder.

- Supongo que ya nada puede hacerse...sí Sasuke, tienes una hija...

Con mi parte razonable consciente de los hechos podía ejecutar la siguiente parte de lo que mi corazón gritaba.

- Espera ¿A dónde vas?

Una muy estúpida pregunta considerando lo que acababa de confesarme.

- A recuperarla –conteste con la voz mas firme que tenía. Le vi perpleja. – Sí, escuche todo y como dijiste ayudare a rescatarla.

Sí, estaba en shock... Sí, mi cuerpo pedía un momento para asimilar las cosas, sin embargo Sarada no tenía un momento, tal vez luego que este sana y salva colapse o algo por el estilo pero mientras debo mantenerme fuerte...por ella.

- ¿Qué harás?

- Iré a casa y hare uso pleno de mis recursos.

- ¿Y Feline?

Detuve mi andar... Con el alboroto interno no pensé en los otros factores que constituyen mi vida... Feline, mi sueño de la infancia... Aquel por el que tanto luche...

¿Qué sucedería...?

Pregunta inútil a decir verdad...ahora con una hija tendría que dejar este lugar para siempre... La familia esta primero.

- Renunciare.

Una parte de mi alma se contrajo al escuchar mis palabras... ¿Qué si dolió? Como si me arrancaran una extremidad lentamente...no quería hacerlo, deseaba ferozmente continuar aquí pero tampoco podía abandonar a mi hija y si colocábamos ambas cosas sobre una balanza Sarada ganaba por mucho...

El Resplandor de un Sueño (SasuSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora