Ya han pasado dos años desde mi maldita experiencia, la cual nunca olvidare. He quedado marcado de por vida, en mi mente y en mi cuerpo.. lo trato de olvidar y solo revivo ese momento, el sentimiento es fatal y no me deja continuar mi vida en paz. No sé si vivir o morir, si esperar o reaccionar, creo que he perdido todo rastro de cordura..
Esto sucedió para mi décimo séptimo cumpleaños…
Era una mañana muy hermosa, como sacada de un cuento de hadas, se podía sentir el aroma de las hojas frescas y oír el canto de las aves, un ambiente muy hermoso lleno de alegría y paz en cada rincón de mi hogar.
Me desperté a las 7:30 de la mañana, era un sábado muy especial ya que era mi cumpleaños, yo estaba totalmente feliz así que me levante muy rápido, me mire al espejo y dije:
“Hoy es el día, campeón.”
Baje las escaleras y fui directo al comedor, salude a mis padres y a mi hermana. Me felicitaron y me abrazaron, mi padre me dijo:
“Vez como pasa el tiempo; ya te estas volviendo un hombre, así que debes comenzar a ser más responsable.. te quedan pocos años para dejar de ser un niño y comenzar a llevar una vida como cualquier adulto”.
Seguimos conversando mientras tomábamos el desayuno.
Cuando terminamos mi padre organizó una salida improvisada, subimos al auto y partimos. Él sabía cuándo me gustaban los computadores y la informática así que fuimos a dicha tienda, y tras búsqueda y búsqueda me decidí y compre ese computador que tanto había soñado.
Regresamos a casa, lleve mi nuevo computador a mi habitación y lo instalé, lo encendí y comencé a pasar todos mis archivos desde mi vieja computadora a la nueva. Pasaron las horas y mi mejor amigo me llamo por teléfono, me dijo que me visitaría y que no demoraba mucho en llegar.
Pasaron alrededor de 2 horas.
Ya eran las 3:24 de la tarde y llamaron a la puerta, mis padres habían vuelto a salir y mi hermana no quiso abrir la puerta, así que salí de mi habitación para abrirle a mi amigo
“Hey felicidades, ya te estas haciendo toda una dama”
Y comenzó a reír.
Después de esta broma, abrió su mochila saco un juguete, era un payaso de mirada profunda, con una expresión seria y una apariencia muy tétrica.. de vestimenta extraña. Me atemorizo al mirarlo, lo trate de ocultar fingiendo una sonrisa y le agradecí.
Subimos a mi habitación y puse al payaso en la cama, paso un rato y mi amigo me pregunto:
“¿No le pondrás nombre?”
El payaso era demasiado serio como para llevar ese titulo, así que en un gesto de sarcasmo decidí nombrarlo Smiles. Mi amigo se burlo de mi como era de esperarse y continuamos hablando sin darle importancia al juguete.
Conversamos mucho mientras escuchábamos música y jugamos video juegos. Bajamos y fuimos a la cocina, comimos algunas porquerías y vimos televisión. Estaba oscureciendo y sentí como cambio mi entorno drásticamente; tétrico, silencioso y podía sentir algo maligno, no me sentía tranquilo, estaba atemorizado y no encontraba la razón para tal situación.. no le dije nada a mi amigo, sabía que se burlaría de mi.
Después de un tiempo él se fue.. ya era tarde, su madre paso a recogerlo.
Al ver como mi amigo se iba y quedaba solo con mi hermana un profundo temor se liberó en mi interior, se me hizo un nudo en la garganta y subí los escalones uno por uno apoyándome en la pared, llegue al segundo piso y sentí que había perdido el equilibrio.