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      24 de Marzo

Debajo de mi almohada vibra y suena mi celular. Abro lentamente los ojos y apago la alarma. Estiro los brazos y las piernas. Son las siete de la mañana.

—Por fin —susurro.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Me pongo las chanclas y salgo para desayunar y después bañarme.

Saco la leche y el cereal. Me sirvo en el plato y me siento a desayunar. Hago una gran bocanada de aire y trato de relajarme. El cuerpo ya está empezando a temblarme. Me llevo la cuchara con cereal a la boca. Abigail interrumpe haciéndome dar un brinco en la silla.

—¿Estás listo?

—Maldita sea, Abi. Casi me matas de un susto.

Se echa a reír mientras toma un plato y también se sirve un poco de cereal.

—Sí, sí estoy listo.

—Se nota.

Su sonrisa me hace sentir la persona más estúpida del mundo. Ella nota mi felicidad y el nerviosismo que siento en estos momentos.

Jamás había salido para ir a ver a mi novio que está a seis horas de camino. Esto es algo nuevo para mí, pero sé que valdrá la pena cada hora, cada minuto y cada segundo que este con él. Incluso valdrá la pena si las piernas se me duermen y el trasero me duela en el camión.

Termino de comer el cereal y lavo mi plato para después irme al baño. Abro la llave del agua caliente y luego la fría. Entro y todo mi cuerpo se relaja aún más. El camino será un tanto pesado, así que, tengo que tener fuerza en las piernas para que no me duelan después.

Entro a mi habitación y suena un mensaje en mi celular. Lo abro y es de infinito. Vuelvo a sonreír.

Alex: Buenos días bebé. Ya es el gran día.

Así es, Alex. Ya es el gran día. El mejor día de toda mi vida.

Busco mi ropa. Un pantalón de mezclilla azul marino, una camisa de cuadros rojo, azul y blanco, cinturón café y mis zapatos color rojo. Me miro al espejo. Espero que me vea bien para él. No quiero verme mal. Tomo el cepillo y aliso mi cabello. Lo acomodo perfectamente de lado. Después me pongo desodorante y por último perfume. Me siento a la orilla de la cama y respondo su mensaje.

Julián: Ya saldré de mi casa. Que nervios. ¿Si sabes a dónde voy a llegar?

Le vuelvo a preguntar por si las dudas. No quiero esperar mucho tiempo o que no sepa dónde es que voy a llegar. No conozco la Ciudad y me perdería si le digo que yo llego a su casa.

Alex: Si sé. Te vas con cuidado. Te amo.

Menos que si sabe. Los nervios vuelven a invadir mi cuerpo.

Julián: Te amo mucho más. Te hablo al rato.

Alex: Ahí me hablas.

Cierro los ojos, guardo el celular en la bolsa del pantalón y tomo la mochila. Cierro mi cuarto con llave. Abigail sale de inmediato y me mira con sus ojos cristalinos, como si quisiera llorar.

—Te ves guapo, Jul.

—Gracias.

Una lágrima sale de su ojo, pero no deja de sonreír. Oh no, no quiero que llore por esto. No quiero ponerme a llorar con ella. Sé que se siente muy feliz al igual que yo, pero no debe de hacerlo.

BETTER US | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora