Me volteo y estiro el brazo con la pierna para subirlos en Alex y poder abrazarlo, pero no siento nada. Abro los ojos frunciendo el ceño. Estoy solo en la cama. Me levanto para ver si está por ahí y lo encuentro parado, limpiándose la cara.
—¿Qué pasó, bebé?
No recibo respuesta por su parte. Me paro completamente de la cama y me paro a su lado para que me puedas decir que es lo que ha pasado.
—¿Qué tienes? —estoy un poco preocupado. No contesta. Toco su hombro para relajarlo—. ¿Bebé?
—Es que... es extraño... —por fin dice algo. Su pecho está muy agitado, se mueve rápido.—. Soñé... muy raro.
—¿Qué soñaste? —no vuelve a contestar. Es como si los gatos le comieran la lengua—. Ven, vamos a la cama para que me lo cuentes.
Lo encamino a la cama. Me acuesto otra vez tapándome la cintura con la cobija. Él se cruza de piernas y mira fijamente la cobija.
—Ahora sí, dime, ¿Qué soñaste?
—Estaba yo de niño, tenía cuatro años, yo corría a los brazos de mi mamá, pero después veía a mi papá cargar a alguien más, así que me acerque a él y le dije que me mostrará al bebé —se muerde el labio y después pasa su lengua por sus labios, está muy nervioso—. Después le pregunté que quien era y me dijeron que era... Mi hermano.
Frunzo el ceño. ¿Un hermano? ¿Pero cómo? Esto sí que es muy extraño.
—¿Soñaste que tenías un hermano?
—Sí...
—Pero eres hijo único... —no lo entiendo— tal vez sea porque querías un hermano y por eso soñaste eso.
Su cara se torna muy sería. Creo que eso que dije no era lo adecuado.
—No lo sé... pero fue raro. Desperté sudando y con la respiración agitada.
—Tranquilo —le doy un beso para tranquilizarlo más, además hoy es el día y tengo que recordárselo—. Vamos a bañarnos para salir.
Golpea mis piernas. Tomamos nuestras cosas y nos metemos a bañar juntos.
Me pongo un pantalón de mezclilla, una playera negro y un chaleco gris. Infinito también se vistió como yo, pero su chaleco es mezclilla. Toma mi perfume y se lo pone en el cuello.
—Que guapo te ves —admito.
Sus mejillas toman un color rojo.
—Tú también te ves guapo.
—Pero no tanto como tú, bebé —nos besamos.
Salimos de casa para irnos a Chapultepec. Nuestro lugar favorito, nuestro lugar mágico. Caminamos tomados de la mano. Nunca quiero soltar su mano, siempre quiero caminar con él a mí lado. El calor que irradian nuestras manos es sensacional.
—Vamos al zoológico —dice con mucha emoción.
Hoy te complaceré.
—Vale.
Me lleva hasta el zoológico. Pensé que estaría mucha gente aquí, pero por lo visto, casi no hay nadie en la fila. No conozco aquí, así que Alex será mi guía personal, a donde él me lleve yo lo seguiré. Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a donde están las jirafas. Alex ahoga un grito de emoción, yo solo observo y sonrío ante la felicidad de infinito. Vemos muchos animales. Rinocerontes, cebras, camellos, elefantes, llamas, etc.
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BETTER US | 2
Teen Fiction"Estoy sentado esperándolo. Miro el reloj del celular: ya a pasado una hora y no llega. Escucho música con los audífonos puestos. Miro una vez más el celular hasta que volteó... esta ahí... esta en la puerta con una gran sonrisa. Me llevo el celular...