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Entramos a la tienda de joyas. Estoy pensando en comprar un anillo de plata. Este anillo no valdrá tanto, porque cuando de verdad le pida matrimonio, quiero hacerlo con un anillo más hermoso y mejor que este.

Un chico de lentes negros y piel blanca se acerca a nosotros con una sonrisa.

—¿Les puedo ayudar en algo?

Abigail me mira para que responda.

—Sí, quisiera que me mostraras un anillo de plata sencillo.

—De compromiso, matrimonio...

—Compromiso —interrumpo.

El chico asiente y se va a buscar el anillo.

—¿Pero sabes la medida de su dedo?

—No, pero es más o menos como el mío.

El chico regresa con tres modelos diferentes. Los coloca sobre el cristal y remueve la tapa de la caja.

—Estos son los más sencillos.

Miro cada uno de ellos. Uno tiene una venda negra, pero no me gusta el modelo. El otro anillo es de dos rayas negras y el otro simplemente no lleva esas vendas. Está completamente liso. Ese se ve mucho mejor.

—Quiero este —tomo la caja del anillo que me ha gustado.

—¿No crees que es muy simple? —pregunta Abigail.

—Es que el verdadero anillo de compromiso será mucho más hermoso que esté.

—¿O sea que esté será el pre-anillo de compromiso?

—Sí.

—¿Algo más que quieran comprar? —interrumpe el chico.

Asiento. Busco en mi celular la pulsera que sale en el libro de Cincuenta Sombras Liberadas. Sé que esa pulsera lo volverá loco.

Le muestro la fotografía al chico. Anota en una hoja todos los dijes que lleva la pulsera.

Lo único que me falta es hacerle unas pequeñas cajas con pensamientos y felicitaciones. También revelar nuestras fotos. Quiero darle un buen detalle.

Nos trae los dijes correctos y la pone en una pulsera. Ha quedado perfecta. Pero quedara más perfecta si está sobre la muñeca de infinito.

Es hora de pagar todo esto e ir por lo que falta. Esto será una muy larga tarde.


---❤️--- 


De vuelta en casa, guardo todo en la caja de color azul claro que compre. Ahí meteré las cajas pequeñas, el sobre con la pulsera, el anillo, las fotos y lo más importante, el boleto. Todo quedo perfecto para mañana. Tengo que avisarle a su mamá que todo va bien.

Julián: Hola señora, buenas tardes. Solo quería decirle que ya compré mi boleto. La veo mañana y de verdad muchas gracias por volver hacer que vea a Alex. La quiero.

Ahora es momento de preparar mi mochila. Lo mismo de la otra vez, ropa, desodorante, perfume y lo personal.

Estoy muy nervioso, es como la primera vez. Mi estómago siente cosquilleo. Al fin lo veré de nuevo. Mi bebé, mi flaco, mi tonto, mi infinito, sí.

Vibra el celular, es la respuesta de su mamá.

Desconocido: Muchas gracias, Julián.

Ahora, tengo que hablar con él.

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