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Julián: Ya llegué a la Ciudad, estoy en la central como en veinte minutos.

Siento mucha emoción por verlo. Estoy tan feliz que puedo decir que soy el hombre más feliz del mundo. Esto es real. Por fin, la espera valdrá la pena y todo lo que hice por él, también.

No recibo respuesta de su parte. Solo espero que esta vez llegue temprano, porque siempre llego primero yo.

Me reclino en el asiento y miro por la ventana recordando a Abigail que también se emocionó por mí. La despedida fue algo fuerte para mí. Despedirme de todos, de Martha, Abigail, mis padres. Admito que eso si me llego directo al corazón, los voy a extrañar demasiado, pero sé que aquí me la pasare bien, más que bien, diría yo. Infinito será mi impulso para salir delante de todo lo que se venga para mí.

Llego a la terminal. Pongo un pie en el suelo y ya me siento con muchas ganas de irme. Al fin dejare de estar sentado muchas horas. Adiós autobús. Tomo mis cosas y me paro en la puerta para esperarlo. Para alegrarme decido poner una canción un tanto rítmica, quiero estar feliz.

Me quito los audífonos y miro por el túnel. Ahí viene. Automáticamente sonrío. Camina hasta situarse enfrente de mí y abrazarme. Después me mira a los ojos. Sus bellos ojos que tanto extrañaba, esas pestañas rizadas y largas. Sus labios tocan los míos uniéndose y creando un sabor tan exquisito.

—Valió la pena esperar —es lo primero que dice.

—Te extrañe mucho, mi amor —lo vuelvo a abrazar fuerte.

Lo necesitaba mucho. Necesito de él. De mi infinito.

—Vámonos, que quiero enseñarte algo que tengo en mi casa.

Muy ansioso por llegar a su casa y enseñarme algo que me tiene preparado.

Antes de irnos, se ofrece a cargar la mochila más pequeña, eso me hace reír pero dejo que se la lleve.

Entramos a la casa. Al parecer no hay nadie aquí. Subimos a su cuarto. Mis cosas las dejo en un rincón y me pide amablemente que me siente. Hago lo que me pide y se dirige al closet para sacar algo. Se voltea y veo una caja, algo grande. Me la pone en las piernas, yo miro la caja sorprendido y con mucha curiosidad de saber que tiene dentro.

Levanto la tapa. Mis labios se separan al ver lo que hay dentro. Tomo unas pequeñas figuras sólidas y de diferentes colores, se ven fenomenales. Sigo hurgando en la caja y saco una pequeña libreta. En su interior viene escrito todos los meses que hemos pasado y al final viene escrito en grande "continuara...", para él, está historia nunca va a terminar, ni para mí. Lo acerco a mí para volver a leerlo. Cuando termino lo beso.

También viene como un libro forrado con papel. Quito la envoltura y efectivamente es un libro. Es Amanecer.

—¿Por qué este libro?

Quiero escuchar atentamente su respuesta.

—Porque quiero que nuestra historia termine como la de Bella y Edward, con un final feliz y para siempre.

Sonrío y lo vuelvo a besar.

Esto sí que es una buena bienvenida. Infinito es romántico.

Se para de la cama y saca un dibujo grande. Me he quedado boquiabierto con eso que mis ojos están viendo. Es Gnomeo y Julieta, los pequeños gnomos de la película animada. A su alrededor hay flores y corazones. Sin duda esto es hermoso.

—El rojo en el vestido de Julieta significa toda la pasión y amor que siente por Gnomeo. El mandil —lo señala con su dedo—. Significa la pureza e inocencia. El café de su cabello es por la estabilidad. El azul de Gnomeo significa la fidelidad y lealtad por Julieta. El negro de sus zapatos es por el poder y la formalidad. El amarillo —señala el centro de la flor—. Significa la felicidad que se tiene el uno por el otro. El verde agua de las flores es por la protección y curación emocional. Y el rosa mexicano de los corazones es por el amor y lo cursi.

BETTER US | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora