10

208 16 2
                                    


Alex sigue de pie. Su cara expresa mucho nerviosismo y ¿Miedo? ¿Preocupación? Yo sigo sentado mirando a su papá. Examino su rostro. Es idéntico a Alex. Su mismo tono de piel, la misma nariz y las cejas iguales. Lo único que lo distingue es su altura. Yo creo que mide un metro ochenta. Se acerca más y extiende su larga mano. La estrecho y después se sienta a mi lado. Esto es muy incómodo y tengo miedo. Ahora centro la mirada en la televisión. Infinito se sienta a mí lado. Nos quedamos unos segundos callados hasta que su padre rompe la tensión del ambiente.

—¿Cómo estuvo el viaje?

—Algo cansado por el asiento, pero bien.

Sí, casi siete horas sentado es muy incómodo.

—¿Fue en autobús?

—Sí.

Su padre mira de nuevo a la televisión. Me impresiona que su voz es muy grave. Alex se acerca a mi oído.

—Vamos a arriba —susurra.

Lo miro y digo que si moviendo la cabeza.

—Vamos a haya arriba. Vamos a jugar.

¿Jugar?

Lo miro pensando si es verdad lo que está diciendo o solo es una distracción para irnos de aquí. Se levanta y yo hago lo mismo. Subimos por las escaleras hasta llegar a su habitación.

Esta vez pongo más atención a su habitación. No me había dado el tiempo para hacerlo.

Al entrar está un pequeño cuarto donde creo es el closet, luego sigue un mueble pequeño, la cama y otro mueble igual que el primero. Enfrente tiene otro mueble donde está la televisión. Supongo que nunca la prende porque tiene un poco de polvo. Al lado un escritorio grande, con una laptop y varios lápices. Y al fondo un tipo cama sillón con una enorme ventana.

—Así que, ¿Vamos a jugar? —no puedo evitar reírme.

—Fue lo único que se me ocurrió. ¿Qué quieres hacer?

Pienso un poco. Se me ocurren miles de cosas. Una de ellas es platicar, besarte, abrazarte, tocarte y...

—Vamos a ver la tele.

Ignoro el último pensamiento guarro. La verdad es que me quede con las ganas de hace un rato, pero no quiero hacer algo que parezca malo. Como que piense que solo me lo quiero tirar.

La enciende. Mientras él busca un buen canal, yo quito las almohadas de su cama.

—Ven. Quiero estar contigo.

Hace lo que le pido. Está acostado en mi pecho y mis brazos lo rodean. Voltea a verme y me planta un beso. Mmm, sí, me encanta su sabor. Bajo mis manos hasta su cintura y él las sube a mi cuello. Lentamente mi mano va hacia su trasero. Quiero tocarlo de nuevo. Él hunde sus manos en mi cabello y me hace gemir.

Introduzco mi lengua en su boca para trazar lentos círculos. Quiero saborearlo todo. Mi entrepierna ya está punzándome bajo el pantalón.

Después siento su mano en mi erección. Doy un respingo. ¿Así que esas tenemos eh? Ahora es mi turno de tocarte más.

Meto mi mano por debajo de su pantalón para apretar con más fuerza una de sus nalgas. Sus perfectas nalgas. Él gime y tira de mi cabello haciendo que la cabeza se haga hacia atrás.

Con sus pequeñas manos, desabrocha los botones de mi camisa. Me remuevo porque las luces están encendidas. Nadie, nunca, me ha visto desnudo. Ni siquiera Al. Tengo vergüenza de mi cuerpo, no quiero que se decepcione. Aparto sus manos de mí y me mira sin saber porque lo hago.

BETTER US | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora