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El año nuevo es a tan solo unas horas. Estoy emocionado, pero a la vez estresado. En el trabajo hay mucha gente, nos piden y nos piden más cosas por hacer. Estoy camote y eso me estresa. Quiero acabar con esto e irme a casa con infinito y su familia.

—¿A dónde te irás en año nuevo? —pregunta Rocío.

—Estaré con Alex y su familia.

Corto la cebolla con rapidez.

—Tú a donde... ¡Mierda! —exclamo cuando el cuchillo a rajado mi dedo. La sangre sale despavorida escurriendo por mis dedos y mi mano.

—Iré por el botiquín —sale corriendo mientras yo meto el dedo en el agua.

La cortada me arde bajo el agua, pero tengo que desinfectarla. La sangre no ha parado, aprieto un poco la herida para detenerla y me quedo un momento así en lo que llega Rocío con el botiquín.

—Aquí está —lo alza para que pueda verlo.

—¡Se te va a caer la mano! —grita uno de mis compañeros.

—Que gracioso.

—Ya no vas a poder hacer cositas con tu novio.

Levanto el dedo de en medio para que pueda verlo. No puedo evitar sonreír ante su comentario estúpido.

—Vete al diablo.

—Gracias mi amor.

Pongo los ojos en blanco y Rocío abre el botiquín para sacar un poco de agua oxigenada y ponerme un curita.

Con el dedo vendado continúo trabajando. Es un poco incómodo traer algo en el dedo, ya no puedo cortar rápido, pero hago lo que puedo.

Media hora antes de salir le mando mensaje a Alex para que venga por mí.

Julián: Ya salí ¿Vienes por mí?

Alex: Si, gordito, ahorita salgo de mi casa.

Julián: Vale, aquí te espero.

Mientras llega me pondré mi ropa limpia. Cierro la puerta del baño con seguro y saco mi ropa. Me quito el mandil, la camisa y el pantalón, quedándome solo con el bóxer. Busco mi playera color café, luego me pongo el pantalón azul marino que compre hace unos días para esta ocasión, saco también mis zapatos cafés, que combinan perfectamente con la playera y mi chamarra del mismo tono, solo que un poco más oscuro. Me miro en el espejo acomodándome mi cabello. Me miro de arriba abajo y me siento seguro de cómo voy vestido, espero que le guste a Alex.

Salgo del baño y corro hacia una de las mesas para antes de que me vean mis compañeros y empiecen a hacerme comentarios tontos. Lo espero hasta que alzo la vista y aparece en la puerta. Me quedo deslumbrado al verlo vestido así.

Camisa y pantalón de un rojo opaco, en su cintura lleva un cinturón de piel negro y fajado, para terminar con unos zapatos negros. Carajo. Me quedo embobado ante tremenda persona que está ahí parada.

No sé cómo reaccionar ante eso, tengo ganas de sonreírle, pero también quiero abrir la boca extasiado.

—Wow —lo vuelvo a mirar una vez más—. Te ves... guapo.

De seguro robaba muchas miradas mientras venia camino aquí. Mierda, de tan solo pensar eso mejor lo hubiera visto en su casa.

Sus mejillas se encienden del color de su ropa.

—Gracias.

—De seguro la gente te venía mirando... oye, no andabas de loco ¿Verdad? —entrecierro los ojos desconfiando un poco de infinito.

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