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Despierto con los rayos del sol pegándome en la cara. Se ha filtrado un poco de luz por la ventana. A mí lado ya no está infinito, ni su ropa interior tirada, debió salir al baño o a la cocina, siempre hace eso. Aunque la última vez quiso preparar el desayuno y no le salió, así que me llevare una sorpresa cuando lo encuentre.

Efectivamente está en la cocina bebiendo agua. Él no me ha visto, así que le daré un buen susto.

—¡Bebé! —grito, consiguiendo espantarlo.

El agua que tiene en el vaso salpica todo su rostro. Me causa gracia ver su expresión, no puedo con la risa.

—Aggg, ¿Qué te pasa tonto? Te pasaste.

Le paso una servilleta para que se limpie. Su rostro expresa mucho enfado, pero me quedo callado cuando me avienta agua del vaso y grito para mis adentros. La fría agua me cala los huesos en mi torso y rostro. Esa fue su venganza. Ahora él se está riendo de mí.

—Ya estamos a mano —levanta una ceja. Yo lo ignoro para decirle que tendremos visitas.

—Bebé, hoy vamos a ver a tu papá.

Parece que le dije algo malo. Su sonrisa desaparece y no sé si está enojado.

—Ah... está bien.

Regreso a la habitación para escoger la ropa que me voy a poner. Decido unos pantalones rotos de las rodillas y una playera blanca, por el momento eso es lo que tengo planeado.

—Vamos a bañarnos juntos.

Me mira un poco pensativo. Él sabe que terminaremos haciendo...

Acepta y comienza a desprenderse de su ropa hasta quedarse desnudo. Me muerdo la lengua para no hacer cualquier cosa. Sale corriendo para encerrarse en el baño. Eso me causa un poco de risa. Entro también al baño, el cuarto del baño está lleno de mucho vapor. Abro la puerta de la ducha y ahí está con su cuerpo mojado y lleno de jabón. Esto es una sensación tan exquisita. Camino lentamente hasta poner mis manos en su cadera. Pego todo mi cuerpo con el suyo y después beso su espalda lentamente, sintiendo su suave piel en mis labios.

—Me encanta verte así, cada parte de tu piel mojada —le susurro.

Sigo besando la espalda, hasta llegar a los hombros, los mordisqueo un poco, quiero que sienta sensaciones divinas. Muerdo, chupo y acaricio cada parte de su cuerpo.

—Julián... para —gime.

—Quiero cogerte, ahora —siento mi miembro palpitar de lo dura que esta.

Tiro de su cintura hacia atrás, alzando su culo y tener mejor accesibilidad para entrar. Tomo aire para penetrarlo con intensidad. Gime con mucha fuerza. No me importa si le ha dolido, muevo las caderas con fuerza y rapidez. No deja de gemir con cada embestida. Con una de mis manos tapo su boca para que no grite con fuerza y no nos escuchen, y con la otra mano tomo su cabello para jalarlo hacia atrás y hacer que la penetración sea más sincronizada y más fuerte.

—Ju... Julián —su tono de voz me avisa que está a punto.

Quiero ese orgasmo. Más y más duro y sus piernas se tensan demasiado y consigo me lleva a venirme dentro de él. Beso su espalda mojada y la acaricio. Salgo de él y recibo un beso de su parte.

—Ya, ahora vamos a bañarnos —pone los ojos en blanco.

Infinito sale del baño, dejándome bañar tranquilo y un poco pensativo en lo que voy a decir, necesito preparar un discurso para esto.

Salgo del baño sin toalla, solo desnudo. Abro la puerta de la habitación. Infinito me mira sin decir nada, solo mirándome, me volteo para buscar mi bóxer y sonrió sarcásticamente, pero él sale y es ahí cuando tocan el timbre. Diablos, ya llego. Me apresuro a vestirme.

Su padre está mirando nuestra nueva casa. Me acerco para saludarlo con la mano. Nos sentamos en el sofá, uno enfrente del otro.

—¿Quieres un vaso de agua? —se ofrece infinito.

—Por favor —responde.

Regresa con el vaso de agua, lo deja en la mesa mientras toma asiento a mi lado.

—Bueno, señor, ya que estamos los tres juntos, pues yo quería hablar con usted, de algo muy importante —suelto.

Se reacomoda en el asiento, tose un poco y después le da un largo trago al agua.

—Los escucho.

—Primero quiero decirle que su hijo y yo nos queremos casar —se ha quedado paralizado, puedo notar como si se estuviera muriendo—. La verdad, quiero y amo mucho a su hijo, quisiera pedirle su aprobación para casarnos.

—Yo también tengo algo que decir. Quiero pedirte disculpas por haberme comportado grosero contigo, después de todo no eres tan mala persona y me he dado cuenta de que en verdad amas a Alex y eso me hace más que feliz. Estoy muy orgulloso de que se amen y quieran casarse, ustedes son libres de hacer lo que quieran, claro, siempre y cuando sea lo correcto y estén de acuerdo los dos.

Me acabo de quedar igual que él cuando le dije que nos íbamos a casar.

Wow.

Jamás me esperaba esto, se disculpó conmigo. Creo que esto tenía que haber sido desde tiempo atrás. Es mejor llevarse como amigos, que como enemigos.

—Entonces...

—Claro que apruebo que se casen.

Mi rostro me delata, haciendo que una sonrisa se ponga en mí.

—Muchas gracias señor.

Lo único que hago en levantarme para abrazarlo y demostrarle cual agradecido estoy por todo lo que hizo por mí, a pesar de todo. En el fondo yo sabía que no tenía un corazón duro.

—Felicidades, hijo —se dan la mano para después abrazarse. Siento mucha alegría verlos así—. Estoy muy feliz por ti, te amo.

Infinito comienza a llorar. Se me parte el corazón que al fin ellos también están queriendo arreglar sus problemas. Infinito siempre necesito de su padre cuando él más lo necesitaba y ahora, aquí está, sanando su corazón.

BETTER US | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora