Me Caen Bien Chicos
Me puse algo cómodo porque hoy tengo examen y me gusta estar cómoda para estresarme. ¡Si! Nunca se me graba nada para los exámenes, es como si justo ese día se bloqueara mi mente.
Llevo puesto un pantalón blanco que combiné con un suéter holgado crema y unas botas del mismo color, me recogí el cabello en una coleta alta.
Agarro mis libros y apuntes para hoy y salgo rápido.
Los chicos ya están listos y conversando con Saith, de lejos parece más a un interrogatorio. Al verme dejan de hablar y salimos en silencio, me despido de mi abuela que nos hizo desayuno para llevar a cada uno.
Todos vamos en el auto de Alan a excepción de Gabriel que se fue en su moto para recoger a Gia. Estoy muy feliz por ellos, por fin Gia aceptó ser su novia y ahora andan acaramelados por toda la universidad.
—¿Estudiaste? —le pregunto y niega sonriendo—¿Cómo vas a hacer?
—Te corres a un lado y me dejas ver tu hoja —me sorprendo, a lo que el ríe—es broma, sé cómo te pones cuando te quieres copiar, no me voy a arriesgar a que nos descubran por tu nerviosismo... yo solo leí un poco y todo lo demás lo inventaré —me sonríe—tranquila.
—No puedo creer que peleaban tanto y ahora son amigos, su relación es tan rara —Alan rueda los ojos.
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No puedo creer que no estudió y terminó primero que yo. Al salir estaba hablando con otros compañeros, al verme se despidió de ellos y se acercó a mi sonriendo.
—¿Cómo te fue? —se ve tan relajado con las manos en los bolsillos y esa sonrisa fresca que me pone nerviosa.
—Creo que bien —miro hacia otro lado para calmar mi corazón.
¿Cómo rayos se acelera por una simple sonrisa de él?
—¿Cómo terminaste tan rápido? —se encoge de hombros.
—Soy inteligente —alzo una ceja incrédula—bueno me copié, Rafa me vendió una copia y le estaba pagando —niego con la cabeza.
—No me gusta la copia.
—Situaciones desesperadas, requieren copias desesperadas —se encoge de hombros y sigue caminando.
Llegamos a la cafetería, donde ninguno de los chicos está. Que raro, se supone que deberían estar ya aquí.
—Saith... —lo miro esperando a que entendiera mi mirada y era notable que ya sabía porque lo llamé—espero que te vayas porque no me importa le pegaré —le susurro enojada.
—Ya me voy —se levanta caminando hacia Layla alejándola de mi mesa.
De la nada los chicos aparecen y comienzan a hablarme para distraerme.
Todos hablan de la fiesta del último día de clases y que debíamos ir por ley, yo asiento a todo lo que dicen.
—Vero —Gia me llama—¿podemos hablar? —asiento levantándome—ya vuelvo GiGi —besa a Gabriel, frunzo el ceño.
—Que asco —agrega Alan.
—Eres un envidioso, porque estoy con la chica más linda de esta universidad —Gia se ríe.
—¡Oye! ¿y yo? —él sonríe acomodando sus lentes.
—Eres la segunda más linda —sonríe.
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Casa de Alquiler
Jugendliteratur¿Saben qué es convivir con cuatro chicos lindos, sexys y odiosos? ¿No? Pues yo tampoco, pero Verónica si, gracias a su abuela que tuvo la grandiosa idea de alquilar habitaciones a esos chicos por una razón, pero esa razón trae consecuencias y dolore...