Capítulo 13

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Kisses

VERÓNICA

Entramos al almacén favorito de Gia, con decir que es inmenso de unos tres pisos. Gia puede estar horas y horas aquí; y es feliz.

Hay de todo, desde ropa de los años 60 hasta vestidos de bodas.

Tengo una idea —se gira mirándonos a Hugo y a mí—vamos a hacer algo así tipo "Cámbiame el Look" —la miramos confundidos, ella suspira—cada uno agarrara un conjunto, Vero se lo probará y escogerá los que les guste, ¿están de acuerdo? —asentimos—bueno empecemos —aplaude empujándonos.

Gia está muy emocionada, ella soñaba con este momento, cambiar mi imagen y hoy su sueño se ha hecho realidad. Yo me limito a recorrer el lugar, la verdad es tan grande que no sé por dónde empezar.

¿Por qué tardarán tanto? Yo hace una hora escogí mis conjuntos.

¡Me aburro! —grito.

¡Ya vamos! —responden.

No puedo creer que Gia haya convencido a Hugo que nos acompañara, el odia comprar y está tan emocionado como Gia en buscar ropa para mí.

He llegado a pensar que en el fondo se avergonzaban de mi estilo y el haber aceptado los ha hecho quitarse un peso de encima. Pero son mis amigos ¿cierto? y ellos me dirían si mi estilo los incomoda.

Camino hacia los vestidores y los espero ahí, ya tengo hambre y ni siquiera me he comprado nada.

Ambos llegan al mismo tiempo y toda la ropa está separada por canasta.

Aquí está toda la ropa, entra estaremos aquí y no te medirás eso —me arrebata mi canasta de las manos, la miro con indignación—es lo mismo que tienes puesto.

No lo es —levanta una ceja desafiante.

Es el mismo suéter solo que en crema, Vero y la falda negra es la misma —me miro y ¡rayos! tiene razón, con razón me gustó tanto.

El primer conjunto es un traje ajustado color salmón de cuello de tortuga a media pierna, unas sandalias chocolates estilo romanas. Me gusta, pero no es mi estilo tal vez solo debo acostumbrarme.

Cuando salgo ambos me miran anonadados y con una sonrisa que me hace sonrojar. 

Que cuerpo —silba Hugo con una sonrisa pícara, le saco el dedo—estás hermosa.

Si es cierto —agrega Gia levantando ambos pulgares—¿te gusta? —me miran expectante.

Si, creo que me veo bien.

No creas, de verdad te ves bien, eres hermosa y no te das cuenta, tú debes estar segura de que eres hermosa tanto dentro como por fuera... —me va a hacer llorar con sus palabras alentadoras—ya ahora el siguiente —entro nuevamente al vestidor.

No creí que me vería bien, con chaqueta de cuero y botas —sonrío saliendo del vestidor.

Te pareces al sexy rudo —ruedo los ojos—pero si te queda bien —asiento sonriendo y vuelvo a entrar.

Me pruebo varios atuendos más y escojo muchas cosas. Después de una larga compra, decidimos ir a comer algo.

Al terminar, regresamos a casa. Compré demasiada ropa, gracias a mis mejores amigos que escogieron ropa como locos.

Antes de irme Gia me dijo que quemara toda la ropa vieja. ¡Está loca! con tantas personas que la necesitan. 

La ropa no es fea, el problema es que no las combino tan bien que digamos, ellos sabrán combinarlo ¿no?

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