Chicago
No vuelvo a sentarme al lado de Alan y Hugo cuando tienen cerveza en la mano, estos dos juntos son una pesadilla. Me hicieron beber demasiado y yo confiando en ellos.
Me doy una ducha de pies a cabeza y me puse un short rasgado, con un top blanco y un cárdigan de kimono negro, me hice una trenza y por último me puse unas sandalias negras de tiras.
Bajo para desayunar y no me encuentro a nadie, o me levanté muy tarde o muy temprano. Me dirijo a la cocina, encontrando a mi abuela tomando su café, bien es temprano.
—Cariño ¿Qué haces despierta a esta hora? —me encojo de hombros y me siento a desayunar con ella—¿y cómo va tu relación con el chico ese?
—Terminé con él —le doy un mordisco a mi croissant, viendo como ella sonríe.
—Ya puedes salir con uno de los chicos —abro los ojos sorprendida y ella también.
—Abuela ¿Por qué lo hizo?—nerviosa a juega con sus dedos—abuela dígame la verdad, siempre me dice que salga con ellos, ya basta, dígame la razón ¿Por qué exclusivamente tengo que salir con ellos?
—Si te digo no me creerás —la miro esperando a que prosiga—fui a verme a donde el adivino... —ruedo los ojos.
—Abuela, ¿sigue creyendo en eso? —niego con la cabeza.
—Lo creas o no, ya lo hice... Verónica a cualquier chica le gustaría estar en tu posición así que no te quejes... que barbaridad contigo —ahora es ella quien niega.
Como mi abuela tergiversa las palabras. Yo le reprocho algo y termino regañada. Siempre se sale con la suya.
—Buen día —entra Gabriel con cara de zombi, seguido de Ian y Saith que pareciera que la almohada se les quedó pegada en la cara.
—Buen día muchachos —contesta mi abuela con una sonrisa, mientras me mira alzando una ceja.
Bueno digamos que me quedé mirando sus abdómenes y babeé la mesa. Claro que es mentira lo de babear la mesa, pero si me distraje.
—¿Qué hacen sin camisa frente a mi abuela? —me quejo para proteger a mi corazoncito.
—A mí no me molesta —la fulmino con la mirada y ella se encoge de hombros.
No me hacen caso, están más dormidos que despiertos, yo ya había terminado y les serví su desayuno. Me alejo de la cocina, no quiero más distracción y sus torsos desnudos es mucha.
Alan baja ya duchado y feliz.
—Tanta felicidad, espero que se me contagie —sonríe abrazándome unos segundos.
—Vero ayer me sucedió lo mejor que me ha pasado en mi vida... estoy enamorado —alzo una ceja—no te pongas celosa amor, tengo amor para ti también, pero ella es un amor.
—Me alegro y ¿Qué pasó pues? —se acerca a mi susurrándome.
—Nos besamos anoche —se aleja de mi—después de ignorarme todo este tiempo, yo creo que era una táctica para volverme loco por ella.
—Puede ser —sonreí—felicidades y cuídala, no seas un mujeriego ahora que tienes novia... que tendrás —sonríe—juicioso mijo.
—Se nota que eres nieta de Beatriz... me dijo lo mismo hace unos minutos.
—Claro, si somos familia —reí subiendo las escaleras.
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Casa de Alquiler
Teen Fiction¿Saben qué es convivir con cuatro chicos lindos, sexys y odiosos? ¿No? Pues yo tampoco, pero Verónica si, gracias a su abuela que tuvo la grandiosa idea de alquilar habitaciones a esos chicos por una razón, pero esa razón trae consecuencias y dolore...