Capítulo 14

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Fue un Simple Beso

No pude pegar el ojo en toda la noche, como lo dijo; soñé con él, con Ian y con Jhordan. Bueno soñé con todos, pero era un sueño extraño.

Estaba en mi boda, mi papá me llevaba al altar, todos sonreían felices y yo también claro. Cuando llegué al altar ahí estaba las cuatro bestias y el padre era Jhordan que decía "nos reunimos en la boda de Verónica Montero y las cuatro bestias peludas"

Ya van dos veces que sueño lo mismo, pero esta vez Ian y Saith se peleaban por besarme.

Me levanto y busco el primer atuendo que me pondré hoy de mi nueva ropa. Me vestí con una falda de cuero negra a mitad de muslo, sí terminé comprando ropa ajustada, la que un día rechacé.

¿Cómo me convencí? no lo sé. En fin.

Lo combino con un suéter gris por dentro, sin mangas. Para acabar, unas converse grises que compré hace mucho, pero no usaba. Me maquillo un poco y me perfumo. Me hice una trenza de lado y por último agarro mi bolso negro.

Me miro al espejo satisfecha con lo que había logrado, Gia se sentirá orgullosa de lo que hice.

Bajo las escaleras con ansiedad al pensar en ver a las dos personas que han hecho que mi cabeza se vuelva un remolino de pensamientos en menos de 24 horas. Todos están absortos en su desayuno.

Vero ¿Por qué tardaste tan...? —Gabriel se gira sorprendiéndose al verme—estás...

Los chicos levantan la mirada quedando igual de sorprendidos que Gabriel.

¡Hermosa! —termina Alan con una sonrisa.

Los otros chicos no quitaron la mirada de mí y yo estuve todo el camino avergonzada. Los chicos cambiaban de tema, pero siempre terminaban hablando de mí.

Ya basta, no es para tanto —trato de sonar relajada, pero me es imposible.

Creo que no debí hacerme este cambio al menos todavía.

Al bajarme del auto de Ian, las miradas se posaron en nosotros y yo con las mejillas más rojas que el punto de la bandera de Japón.

Chicos quiero decirles algo —le digo a mis amigos que ya están peleando y al igual que todos se callaron sorprendidos cuando me vieron.

Y quien no se sorprendería de ver a la peor vestida de la universidad Navegreen, porque si lo soy, hasta salí en el Instagram de la universidad donde decía las peores vestidas, encabezando yo la lista.

Nada de eso me importó, la verdad nunca me importó. Pero sentí que debía hacerme ese cambio.

Quiero llorar —Gia seca una lágrima falsa—la alumna supera a la maestra y se ve mejor que ella —se toca el pecho sonriendo como una madre orgullosa.

¡Si es payasa! —dice Hugo, ella lo fulmina con la mirada haciéndome reír—estás preciosa Vero, ¡ves! yo solo me junto con gente hermosa —sonríe—debo elevar mi estatus... ustedes y tus inquilinos me ayudan.

Un par de chicas se le acercaron pidiéndole su número —comenta Gia con una expresión de sorpresa.

Pero yo soy hombre de una sola mujer —ambas rodamos los ojos.

Vero, Vero —Alan rodea su brazo por mi hombro dándome un beso en la mejilla, me sonrojé.

Los otros chicos se acercan sentándose en las bancas del parque. Gia los saluda amablemente y me mira expectante.

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