Capítulo 24

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¿Desde Cuándo Salen?

Le conté a Tred que saqué una A y como celebración fuimos a comer, me ha recogido todos estos días y hoy vamos a pasear un rato.

Me sugirió que me pusiera ropa cómoda y eso hice, busqué en mi armario ropa de hacer ejercicio que casi no tengo porque no hago ejercicio, me da flojera. 

La sorpresa fue que alquiló unas bicicletas para manejar en el parque.

Me divertí mucho con él, hicimos carreras y como soy competitiva le pedí la revancha perdiendo nuevamente. Nos sentamos a comer un picnic que preparó sorprendiéndome.

Tu siempre me invitas y pagas por mi... yo no he hecho nada lindo por ti —bajo la mirada culpable.

Él se acerca y con su dedo alzó mi barbilla para que lo mire.

Has hecho algo muy lindo por mi —lo miro expectante—hacer que mi corazón aprendiera a querer de verdad —esas palabras me atacaron como agujas el corazón.

No puedo ilusionarlo así, la verdad es que estos días me la he pasado de maravilla con él, pero los chicos que tengo en casa hacen que vuelva a sentirme confundida.

Tred... —aparto con delicadeza su mano.

Lo siento, no quise hacerte sentir incomoda solo salió, pero no es para presionarte lo juro —se apura a decir cuando entiende mi mirada.

Solo no quiero lastimarte Tred, eres muy lindo y lo que menos quiero es eso, no lo mereces —acaricia mi mejilla.

Y no será así, sea cual sea tu decisión yo estaré bien... solo debemos aprovechar el momento y ya —besa mi frente—no te preocupes por nada —asiento abrazándonos.

De verdad que es un chico maravilloso y por eso cada vez me siento mal por ilusionarlo de esta manera.

///

Me quiero ir a casa ¡por favor! —le ruego a los chicos, que siguen hablando con Hugo de fútbol.

Yo me hubiera ido hace rato, pero me tienen aquí acorralada en los brazos de Alan.

No te irás —aprieta mi mejilla—te ves tierna con los lentes —vuelve a apretar mi mejilla.

Hace unos días decidí usar los lentes, no sé, siento que debo dejar de atormentarme con lo que digan y piensen los demás de mí y de mi apariencia. 

Y parte de mi decisión es porque Saith dijo que me veía linda con ellos.

¡Auch! —sobo mi mejilla—me quiero ir —me quejo, haciendo pucheros.

Déjala ir, Alan —dijo Ian, sonriéndome con la boca cerrada.

Ian ha estado muy distante conmigo y eso me ha hecho sentir mal, yo no le he hecho nada, que yo sepa. Ahora es un poco incomodo estar con él.

Gia llegó y segundos después llegó Saith con ¡DONAS! mis ojos se iluminaron al ver la cajeta de donas.

¿Por qué la consientes? —Gia le reclama.

Para celebrar nuestra A —me sonríe, mientras que Gia niega con la cabeza—se nos olvidó celebrar, por una situación que sucedió hace unos días —me señala con la mirada a la pareja y ambos sonreímos cómplices de saber un amor secreto.

Vas a sufrir de diabetes Vero —agrega Hugo, con preocupación.

Una vez al año no hace daño —dije cuando me comí la primera dona.

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