Capítulo 37

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¡¿Parilia?!

Saith juega con mi cabello y yo sonrió sin dejar de mirarlo, estoy tan enamorada que todo parece color de rosas y odio ese color. Nuestros compañeros nos miran extraño y es que se preguntarán ¿Cómo rayos pasó? Apenas volvimos de vacaciones, ni un mes ¿y ya salen?

JA, si supieran que vivimos juntos con tres chicos más y mi abuela.

Gracias a Dios quedamos en el mismo salón este semestre o mejor no, porque no me dejó concentrarme en toda la clase.

Oye así no puedo —besa mi cuello y mi cuerpo se vuelve gelatina—nos van a ver —intento separarlo, pero es imposible.

Que nos vean —dice subiendo hasta quedar en mis labios—vamos a faltar a clases hoy —me sorprendo—es la primera semana, nunca se hace nada —es cierto, pero a mí no me gusta faltar.

Puso sus ojitos tristes derritiéndome y eso hace que quiera comerlo a besos.

Está bien —sonríe, dándome un beso rápido y corrimos a su carro, antes que el profesor llegue y nos descubra huyendo.

Llegamos al muelle donde nos compramos unas banderillas, nachos y hamburguesas. Caminamos a la playa y nos sentamos donde hay sombra.

Él no deja de mirarme y me pone incomoda.

¿Qué? —le doy un mordisco a mi hamburguesa.

¿Qué raro que no compraste una dona? había bastantes —me encojo de hombros.

Voy a hacer dieta —ríe a carcajadas—empiezo la otra semana, ahora disfruto de comer comida chatarra, no te rías... y comeré una dona por semana bueno estoy mintiendo porque ayer me comí dos, pero por lo menos hoy no he comido dona.

Besa mi mejilla sorprendiéndome. Siempre me toma desprevenida robándome besos.

Terminamos de comer y me siento delante de él, apoyando mi espalda en su pecho, me rodea con sus brazos y sus piernas quedan a cada lado de mí.

Mis padres te mandan saludos y quieren verte pronto —sonrío.

Me agradan mucho tus padres, son tan lindos —acaricio los vellos de sus brazos—me parece tan gracioso como tu madre les puso nombres de novelas indias —ríe en mi oído erizándome, su ronca risa me causa un no sé qué.

Si supieras que grabó la novela en casete y la ve cada vez que se acuerda —ahora rio yo—tu nombre ¿Cuál es su origen?

Mi abuela cuando salió embarazada por segunda vez le gustaba mucho el nombre Verónica porque mi abuelo le regaló un perfume que se llama así, pero nació mi tío y no le iba a poner Verónico —rio—bueno dice mi abuela que lo pensó, pero no lo hizo porque sabía que lo molestarían en la escuela, entonces nació su primera nieta y así es el origen de mi nombre, pero gracias a Dios me puso Verónica porque planeaba ponerme Parilia —río a carcajadas.

Me gusta mucho ese nombre —acaricia mi cabello con suavidad.

¡¿Parilia?!  —lo miro sorprendida—estás loco.

¡No! —ríe mostrando los dientes—me gusta mucho tú nombre, Verónica —lo dijo suave y con esa voz gruesa en mi oído—me gustas mucho tú—sonrío.

Vuelvo a girar y sus labios tocan los míos con suavidad, como si quisiera mantener eso en su memoria. Sus labios son tan suaves que me hacen sentir como si estuviera flotando en una nube.

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