Capítulo 16

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¡A mí Nadie me Controla!

Toco el timbre y me abre Hugo soñoliento.

Pasas más tiempo aquí que en tu casa —lo palmeo en el hombro—¿Dónde está? No me digas, ya sé.

Me dirijo al cuarto de su madre y la encuentro hurgando en su armario. Su madre es modelo, por lo que la ropa de su madre nos queda a la perfección. Me paro detrás de ella sin que se de cuenta.

Tú madre se va a enojar —salta sorprendida.

¡Que rayos! casi me orino —mira hacia abajo a la vez que yo rio—mira, encontré este vestido —me lo lanza, es un vestido negro que aún tiene la etiqueta—hay unos zapatos en mi armario que caerán bien con ellos y yo... ya lo encontré —saca un vestido rojo que se ve muy ajustado.

Bajamos a comer, Gia me dijo que Hugo lo preparó y bueno Hugo es un asco cocinando, pero para no hacerlo sentir mal lo comeremos. Ya después tomaremos pepto bismol por si las moscas.

Los amigos solteros, hoy saldremos a disfrutar de nuestra soltería —sonríe Gia con emoción. Yo sorprendida miro a Hugo.

Terminé con ella ayer —frunzo el ceño, siempre dice que terminó con Naisha y a los días vuelve con ella—definitivamente.

Voy a hacer que te creo —rueda los ojos.

Comimos la deliciosa comida (nótese el sarcasmo) de Hugo y nos sentamos en el sofá a ver televisión hasta que se hiciera la hora para irnos.

¿Y esa cara? —Gia aprieta mis cachetes y le pego—¡auch!

¿Qué cara? Es la misma que tengo desde que nací —trato de sonar relajada, pero ellos me conocen tan bien que me miran frunciendo el ceño. Suelto un suspiro a la vez que los miro—me besé con...

¡No te creo! ¡¿Con cuál de todos?! —su sonrisa es de oreja a oreja—¿Besa bien? Yo sabía que no ibas a salir viva con cuatro chicos guapos viviendo bajo tú mismo techo ¿Con quién? —Hugo le pega en la cabeza—¡Eres detestable! —lo mira con odio.

¡Déjala continuar! —le reprocha.

Lo siento —levanta las manos en rendición—es que me emocioné —ruedo lo ojos.

Con Ian —frunce el ceño confundida—el de la melena dorada.

¡Ahhh!  —sonríe—y ¿Cómo fue?

No sé, se sentía como si estuvieras flotando o soñando que vuelas por las nubes, fue dulce y hermoso para ser mi primer beso.

¡Ay amiga! estoy feliz por ti —sonríe con un brillo de felicidad en los ojos.

Pero también me besé con Saith —comenzó a toser incontrolablemente, Hugo tuvo que pegarle en la espalda.

Casi me ahogo con mi saliva —toma de su refresco, seguido su sonrisa malévola apareció—¡Amiga! quién te viera, no lo pareces —levanta las cejas, pícaramente—¿Cómo fue?

Todo lo contrario, fue salvaje pero emocionante, me hizo estremecer —sin darme cuenta, estaba mordiendo mi labio inferior—también con Alan.

¡Verónica! —dijo Hugo seriamente—¿Qué mierda te sucede?—se notaba enojado, pareciera que me fuera a regañar en cualquier momento.

No sé, fue tan rápido que todavía no lo proceso —me despeino frustrada—y lo peor es que me gustó besarlos y sé que para ellos solo fue un simple beso.

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