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Me llamo Daphne Collins. Nací en Buenos Aires.

Mi historia comienza aquí...

Era muy pequeña cuando mi madre nos abandonó a mi y a mi padre, él nunca se casó con nadie más mientras yo crecía y se lo agradecía ya que siempre crecí bajo sus cuidados y me consentía, ya que fui la única hija.

Cuando entré en la primaria, fui víctima de maltrato escolar de parte de una niñas que se creían la gran cosa.
Yo era muy ingenua porque no me daba cuenta que esa niña solo me quería para lastimarme y hacerme maldades.

Siempre fui la primera de la clase, la más inteligente, pero me marginaban. Nadie quería ser mi amigo o amiga y eso me dolía. Tenía que pasar los recesos sola y triste. Nunca le comenté a papá de lo que yo estaba pasando, creía que en unos días más mi situación se arreglaría pero no fue así.
Mis días de niñez fueron buenos mientras estaba con papá, él me consentía y me sacaba a pasear, era el mejor padre del mundo sin duda alguna. Por eso no quería preocuparlo.

Pero mi vida dio un giro inesperado cuando tenía 14 años. Mi papá entró a trabajar a una fábrica para poder darme una vida digna, ya que éramos muy pobres... y con ese trabajo podía mantenernos bien.

Mientras él iba a trabajar, yo me quedaba en casa para cuidar de algunos animales que criábamos y hacer el aseo para salir a la escuela más tarde.

Con el paso del tiempo, papá se enamoró de una señora en su trabajo, ella se llamaba Luciana y tenía cara de malvada.

Cuando él me la presentó como su "novia" estaba furiosa, le grité tantas barbaridades y me encerré en mi cuarto como niña de 5 años. No quería que se casara, pero quería que fuera feliz... estaba confundida...

No esperé a que me dijera que tenían pensado en casarse, y me lo explicó después cuando pude estar tranquila. No me quedó de otra más que aceptar su felicidad.

La boda se programó el mismo día cuando yo cumplía 15 años. Papá nunca se había olvidado de mi cumpleaños, pero estar tan ocupado con los planes de su boda hizo que se olvidara de mi.

Fue una boda sencilla pero elegante, el salón de fiestas estaba muy bien adornado, y las mesas tenían detalles exquisitos.
Esa ocasión me vestí con un vestido rojo, me llegaba hasta abajo de la rodilla y era muy lindo.

Me senté aparte, en una mesa que estaba en lo más oculto, la señora Luciana tenía un hijo llamado Jafet, el cual era igual de malvado que su madre. Iba a odiar vivir con ellos lo sabía.

Entre tanto estar mirando a las personas que disfrutaban del baile, un chico de unos 17 años se acercó a mi.

—Hola—. me dedicó una sonrisa cálida.

—Hola—. le respondí sonriente.

—¿Tú debes ser Daphne Collins cierto?

—Exacto ¿y tú?

—Me llamo Aarón Capellán y soy amigo de Jafet Aguirre.

—Un gusto Aarón.

—¿Puedo llamarte Daphne?

—Claro—. asentí.

—¿Me puedo sentar?

—Sí.

Él se sentó al lado mío mientras yo veía en una dirección fija... donde estaba mi papá y Luciana.

—¿Por qué estás tan solita aquí?

—Porque sinceramente no estoy nada conforme con la decisión de papá.

—Oh... pero yo creo que deberías dejar que haga su vida.

Buscábamos lo mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora