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Cubrí mi rostro con mis manos, realmente estaba destrozadísimo y necesitaba hablar con alguien, alguien que me entendiera lo patán que fui.

— ¿Qué pasa contigo? — reconocí la voz de Ian.

—Ian— me levanté y lo abracé. Él llevaba su mochila en los hombros y quizás estaba muy extrañado por mi acción. — ¿Dónde estabas?

—En el quirófano 2, tuve que asistir al pediatra. ¿pasa algo? ¿porqué estás llorando?

—Daphne está en el quirófano 1— sollozé.

— ¿Otra vez? ¿qué le pasó?

—La atropellaron y... está muy grave, sufrió un accidente cerebral.

—Dios— se puso una mano en la boca, estaba igual de asombrado. — ¿Castillo la está atendiendo?— asentí. —Cálmate. Ella va a estar bien, Castillo es muy bueno y va a agotar todas las posibilidades.

—Lo peor es que estaba embarazada.

— ¿Cómo que estaba? ¿no te lo había dicho?

—Me lo dijo unos meses antes de su accidente...

—Ya me confundí, explícamelo.

—Ella estaba en la cafetería, yo fui por un café y la vi besándose con Fernando, después me siguió y yo no quise escucharle, le dije muchas barbaridades y... perdí todo contacto con ella. Ahora aparece el imbécil de Fernando diciendo que es su esposa, ¿puedes creerlo?

—Ah Harold sólo a ti se te ocurre eso.

—Ya sé... soy un perfecto idiota.

— ¿Nadie lo sabe?

—No lo sé... ¿podrías poner al tanto a Miranda? Necesito estar seguro de que el culpable pague por esto.

—Oh claro, ya la llamo— sacó su móvil y se retiró para hablar con Miranda.
Quién sabe cuánto tiempo se tardaría Castillo en salir y darme noticias, aún le faltaba la cirugía en la tibia... oh dios todo esto me mataría.
—Vendrá en unos minutos— Ian se sentó a mi lado. —Tranquilo Harold, tienes que ser fuerte, ella quisiera verte bien y no decaído.

—Perderá la memoria ¿cómo quieres que sea fuerte?

—Piénsalo, ella no sufrirá con la noticia de que la trataste así.

—Algún día tiene que saberlo— se me escaparon más lágrimas. —Tengo ganas de matar a Fernando.

—Te entiendo, él tiene que ver en este relajo, lo llamaremos para que dé explicaciones.

—No sé si pueda soportar tenerlo enfrente.

—Yo me encargaré de eso, tú espera. Verás que todo estará bien con Daphne.

—Gracias por los ánimos Ian— Miranda hizo acto de presencia, entró corriendo en nuestra dirección.

—Harold— fue a abrazarme y llorar en mi hombro. — ¿Cómo está mi amiga?

—Está en cirugía del cerebro.

— ¿Y el bebé? — mis ojos se llenaron de lágrimas. — ¿Qué pasó con el bebé?

—Ha nacido antes de tiempo— dije secamente mientras la abrazaba con fuerza.

—Oh no... pero se pondrá bien ¿verdad?

—Quiero pensar que sí.

—Pero... ¿qué pasó? — me separé de ella y bajé la mirada, repetí la misma historia que le había contado a Ian, pero ella reaccionó muy diferente. Me soltó una bofetada que hasta hizo que me sentara de golpe.

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