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Daphne.

Ya ha pasado un mes desde que me enteré de mi embarazo. Miranda me insistió muchísimo para que llevara un tratamiento médico así que le pedí a la doctora Bermudez que no me dijera el sexo del bebé. Quería recibir esa noticia al lado de Harold.

Llegó el día que tenía planeado para decirle la verdad a Harold. No es que fuera a preparar una gran cena de gala ni mucho menos, sólo tenía preparadas mis palabras para hablar claro con él.

Una llamada me sorprendió, era de Fernando.

— ¡Fernando! — exclamé al descolgar. — ¡que gusto escucharte!

— ¡Daphne! ¿qué tal? También me da gusto escucharte.

—gracias, estoy bien ¿y tú?

—Igual, oye necesito platicar contigo.

—Está bien, yo también necesito que me expliques porqué te desapareciste así— reí.

—Lo sé— soltó una risita. —Te veo en 15 minutos en la cafetería ¿sí?

—Me parece perfecto, allá te veo— finalicé la llamada.

Aún era de tarde, así que Harold tardaría en llegar, me arreglé y salí a mi encuentro con Fernando.

Besó mi mejilla y me dio lugar en la mesa que había reservado.

—¡Hola! —me dice sonriente al verme.

—que alegría saber de ti— me siento. — ¿por qué no supimos nada más de ti?

—es que tuve unas cosas del trabajo que hacer, además estoy poniendo mi consultorio propio y una tienda.

—que genial, me da gusto saber que estás progresando.

—sí, además de que ya es momento de lanzarme a la independencia laboral.

—tienes razón. No es divertido depender de un jefe porque siempre cree que estás disponible y no es así.

—así es. Por eso lo estoy haciendo, ah y ya viviré por aquí cerca. Así que por si deseas visitarme aquí está mi dirección —me da una tarjeta.

—muchas gracias. ¿Y ya has hablado con Harold desde que salió del hospital?

—No realmente, y preferiría no hacerlo.

— ¿por qué no?

—porque me odiaría por lo que sucede.

— ¿tiene relación con eso tan importante que tienes que decirme?— me asusto un poco.

—Ah... es...— sorbeó su café. —El tiempo que estuve ausente me di cuenta que... me enamoré de ti.

Sentí una opresión en el pecho, yo apreciaba a Fernando pero no lo quería, ni siquiera me gustaba.
—Fernando, como sabes Harold ya mejoró bastante desde su... accidente. Y comprendimos que estamos enamorados, además ya me comprometí con él.

—Pero Daphne, yo te amo, Harold sigue viviendo en el pasado y ni te da la atención que te mereces...

—Eso no es cierto, hemos trabajado juntos para salir de esas dificultades.

—pero si él ni siquiera pasa tiempo contigo.

— ¿cómo estás tan seguro?

—porque lo conozco y sé cómo es — toma mi mano y me sobresalto un poco. —yo te amo de verdad— acerca su cara a la mía...

Harold.

Tenía un rato libre, así que me escapé del hospital para comprar un café expreso doble ya que me quedaría en guardia.

Buscábamos lo mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora