Daphne...
Entré a la casa muy confundida, ¿porqué Harold se había portado tan grosero conmigo?
Iba casi llorando y su pecho subía y bajaba con rapidez, quizá de coraje. Últimamente me estaba tratando con indiferencia, no me explicaba el porqué de sus acciones.Dejé mis cosas en la mesa y vi un sobre blanco, aunque no decía mi nombre ahí, lo abrí.
Me quedé perpleja mirando esas fotos tanto que Alessander estaba atrás de mi y no lo escuché... me giré cuando él puso una mano en mi hombro y me susurró: "Daphne ¿qué pasa?"
Quité su mano con fuerza y le lancé una mirada asesina.
¡Alessander Prescott! ¡explícame esto!— aventé las fotos en su cara.
—Daph... mi amor puedo explicártelo— extendió sus brazos para abrazarme mas yo lo rechacé.
—¡Eres un maldito hipócrita! ¿cómo vas a hacernos eso? ¡me utilizaste!
—No, no... no es cierto, mi vida...
—¡No me digas mi vida! ¡maldito malnacido!— le di una bofetada y subí los escalones hasta mi cuarto, él me llamaba, incluso me siguió pero yo le cerré la puerta en las narices pues estaba furiosa.
Me puse las manos en la cabeza y me fui deslizando hasta el piso, abrazando mis rodillas.
Ya había comprendido el porqué de sus tratos fríos e indiferentes de Harold, ¡todo había sido un maldito malentendido!¿Por qué Alessander era tan cruel con Harold?
Mi dignidad estaba por los suelos, él no pensó en mi, yo estaba enamorada de él, digo estaba porque a partir de esa mala jugada todo cambió entre nosotros.Lo único que podía pensar era en lo mal que se sentía Harold, yo era una persona importante para él, pero, ¿qué estaba pensando en esos momentos de mi?
Busqué una maleta y empecé a hacer mi equupaje, me iría de la residencia Prescott. Le estaba haciendo un favor a Vanessa y Alessander, aunque un mal a la señora Marie.
Terminé de empacar mis pocas pertenencias y subí a despedirme de Marie Prescott. Ella se enojó mucho por las acciones de su hijo y me deseó buena suerte. Llamé a Miranda y ella estuvo de acuerdo en adoptarme en su departamento.
Llegué a lo que sería mi nueva casa: el sencillo departamento de mi mejor amiga. Me desahogué con ella y me dio consejos.
Ya era tarde, y por la mañana iríamos a la escuela.Pasaban los días y Harold Prescott se portaba igual de distante conmigo, Alessander quería volver a hablarme mas yo no se lo permitía. Me puse a pensar y prácticamente todo lo que tenía se lo debía a Alessander. Decidí irme a otra ciudad: Sevilla.
La única que lo iba a saber sería Miranda por ser mi mejor amiga y esa misma tarde fui con el señor Cifuentes a agradecerle la oportunidad que me había dado, y es que sí me sirvió de mucho.Miranda me acompañó a la estación y cuando avisaron la salida de mi autobús, nos echamos a llorar aunque le prometí que nos veríamos pronto, es decir cuando termináramos la carrera.
Abordé el autobús y vi abajo a Miranda con los ojos acuosos, y cuando estábamos por partir yo también me puse a llorar articulando un "adiós".
En unas horas más tarde llegué a Sevilla, mi nueva ciudad.
Salí rápidamente de la estación y abordé un taxi para buscar un hotel donde me hospedaría los próximos días.Harold...
Ese día me propuse a hablar más con Daphne. Recapacité que era su problema, su relación y ciertamente a mi no me gustaría que invadieran así mi privacidad.
Fui a la recepción y mi sorpresa fue que estaba Nancy atendiendo el teléfono y los pendientes del hospital.
—Hola Nancy— la saludé confundido.
—Hola doctor Prescott— esbozó una sonrisa.
—¿Sabes algo de Daphne?— solté de golpe.
—Nada salvo que se fue de la ciudad hace unos días.
—¡¿Qué qué?— me escandalicé y Nancy frunció el ceño, acto seguido salí corriendo sin rumbo, pero yo quería encontrar a Daphne.Cuando salí a la calle, caminé a la derecha donde estaba la calle principal, como un tonto me quedé viendo entre la gente y ella no estaba. Giré la cabeza y reconocí a Miranda ahí en la farmacia. Extraña pero casualmente conocí a esa chica extrovertida cuando fuimos al café con Daphne.
—Miranda...— grité y ella giró, aún estaba por cruzar la calle pero mi grito fue tan fuerte que ella lo escuchó.
—¿Quién demonios es usted y cómo sabe mi nombre?— ella se oía un poco molesta.
—Me llamo Harold... soy el doctor Harold Prescott— jadeé. —Soy amigo de Daphne Collins, ¿sabes algo de ella?
—Oh... usted es Harold, pues sí, ella se fue de la ciudad pero no puedo decirle exactamente a dónde.
—¿Por qué no?
—Porque no lo conozco en sí, lo siento es información de amigas— se giró y yo la tomé del brazo, ella me vio con sorpresa, quizá mi cara en esos momentos era un poema pero poco me importaba.
—Se lo suplico Miranda... si sabe algo de Daphne... por lo menos dígame dónde está... ¡por favor!— ya iba a ponerme de rodillas pero no conseguí que la chica hablara, se zafó de mi agarre y caminó por la calle. El dependiente de la farmacia me vio con asombro pues aún iba vestido con el traje verde. Reaccioné y regresé contristado al hospital.
—¿Dónde rayos estás Daphne?— me repetía constantemente. Saqué el móvil y empecé a llamarle y dejarle mensajes en su buzón, pero ni rastro de que ella siguiera en la tierra.
La preocupación me estaba matando, Ian me topó cuando iba saliendo con unos papeles en mano.
—¿Te encuentras bien hermano?— me tocó el hombro.—No— sacudí la cabeza, abrí la boca para empezar a hablar, pero otro doctor llegó de inmediato para que lo ayudara. Despedí a Ian y corrí a emergencias, al menos hacer mi trabajo me ayudaría a olvidarme un poco de las locuras que pasaron por mi mente en esos momentos.
Era un paciente herido de bala, administramos medicamentos para aminorar el dolor en lo que el anestesiólogo llegaba para proceder quirúrgicamente. Al parecer su corazón estaba afectado, era un hombre un poco mayor y con razón.
El cardiólogo le sacó unos electrocardiogramas de inmediato y yo empecé a interpretarlos, el caso era grave pues el hombre había disminuido seriamente su frecuencia cardiaca.Al fin llegó el anestesiólogo y metimos al paciente al quirófano.
Fue un trabajo difícil puesto que tenía varias heridas en partes vitales de su cuerpo.Gracias a dios y el paciente la libró, logramos salvarlo y me sentí satisfecho de haber salvado otra vida.
Lo llevamos a su habitación para que se recuperara de la anestesia, caminé a los vestidores para quitarme el traje quirúrgico y ponerme mi bata blanca.Holii :)
¿cómo andan? 7u7
Pobresito Harold ¿no? Yo sufro igual que él :'( jajaja es tan lindo :)
Espero sus comentarios <3 ¡Gracias!
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Buscábamos lo mismo
RomanceCuando Daphne Collins comete un error, emprende una aventura que la lleva a parar hasta España. Pero su entrada a la ciudad no fue tan buena, pues ingresó a un hospital de Madrid después de ser agredida ella y otras personas. Ahí es donde conoce a H...