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Por la tarde hicimos lo que Miranda me pidió y nos fuimos al hospital.
Ella preguntó por Ian y nos indicaron esperar pues estaba en el quirófano en una cirugía.

Nos sentamos en las sillas de la sala de espera. Miranda jugaba las llaves del coche muy nerviosa.

- ¿Estás nerviosa Miranda? — tomo su mano.

-No, para nada- sus mejillas se sonrojaron.

-Bueno- reí un poco y ella me lanzó una mirada asesina y luego río también.

Al fin de unas horas, Ian salió del quirófano junto a Harold, podía reconocerlo en cualquier lugar, así que nos acercamos a saludarlos.

- ¡Mi amor! - abracé tiernamente a Harold quien llevaba puesto su traje azul y Miranda nada más se limitó a darle la mano y un beso en la mejilla a Ian.

- ¿Qué hacen aquí chicas? - mi novio me dio un beso pequeño en la comisura de mis labios y se separó un poco.
No le importó que lo vieran las enfermeras o doctores que pasaban por ahi, él quería dejar claro que estaba a mi lado y yo apoyaba su idea.

-Miranda tiene algo que decirle a Ian- nuestras miradas se posaron en la chica nerviosa que estaba frente a Ian.

-Venía a entregarte tu coche- extendió su mano entregándole las llaves a Ian, pero él estaba de brazos cruzados.

- ¿Ya ha salido del taller el tuyo? - preguntó interesado.

-No pero ya conseguí otro auto.

-Te dije que te lo quedaras hasta que el tuyo saliera Miranda, y no me mientas- permanecía cruzado de brazos y con las cejas juntas.

-No puedo hacerlo, tú lo ocupas más que yo.

-Para nada, tú te lo quedas hasta mañana- metió las manos en sus bolsillos.

-Ian, de verdad no...

-No te preocupes por mí, ya conseguí otro coche, hasta con chofer incluido. Te dije que te tranquilizaras- rió con ganas.

-Aprovecha Miranda, no harás cambiar de opinión a este terco- Harold le dio un codazo a su amigo y Miranda se sonrojó.

-De verdad, puedes quedártelo hasta mañana, no me harás cambiar de opinión— Ian le sonrío cálidamente a Miranda y ella terminó por aceptar otra vez.

-Gracias otra vez Ian- Miranda le dio un beso en la mejilla y él sonrió satisfecho.

-No es nada, ahora voy a cuidados intensivos, ¿me alcanzas después Harold? - miró a nuestra dirección.

-Cierto, tengo que dejarte Daph- besó mi coronilla y la mejilla de Miranda.

-Hasta mañana- dijimos las dos al mismo tiempo y los chicos se fueron.

-Sospechaba que Ian reaccionaría así- reí mientras caminábamos a la salida.

-Me hizo pasar un ridículo pero bueno, estábamos entre amigos- se río.

-Él es de carácter fuerte, pero bueno, tienes coche de lujo hasta mañana.

-Sí, sí... ¿qué harás ahora?

-Ir a... mi casa.

-Okey, entonces nos vemos mañana.

-Bien, adiós amiga.

-Adiós.

Ella se subió al coche de Ian y yo al mío, cada una por direcciones diferentes.

Llegué a mi casa y me di una ducha para descansar plenamente.
La noche anterior la había pasado con mi novio y recordar eso hacía que se me pusiera la piel de gallina. Al fin había vencido mi temor, mi trauma fue superado. Pero yo le debía una explicación lógica a Harold, él me había confiado parte de su vida y yo le ocultaba algo grande, que tal vez terminara con nuestra relación o me tuviera en otro concepto.

Buscábamos lo mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora