Resilient

Capítulo tres.

                   

                      

             

 

Justin |PDV|

Conducía con la vista fija en el camino tratando de no mirar hacia el otro lado. 

Ella era completamente exasperante, definitivamente. Nadie me hablaba asi y no sabia porque me causaba gracia que ella lo hiciera. 

Trate de apartar esos pensamientos de mi cabeza, pero todo me llevo a la llamada telefónica que había tenido con Ryan hace un rato.

—¿Tienes noticias? —dije expectante esperando que hablara.

—No hubo heridos, todos salieron ilesos. —el nerviosismo se hizo presente en su voz.— pero—continuo.— hay algo mas...

—aja.— hable esperando que prosiguiera.

Soltó un suspiro y continuo —Trevor y sus hombres fueron los causantes.

—Espera ¿que? —me exalte.

—Algo estaban buscando ahí man, lo mas probable es que a nosotros. —soltó otro suspiro.— al no encontrarnos debieron enojarse y lanzar disparos al aire.

—Joder, ese hijo de puta. —golpee el volante con fuerza a la vez que la rabia se hacia presente en mi cuerpo.

—Viejo tranquilízate, luego hablaremos el tema con mas calma y veremos que hacer con ese imbécil. Ahora nos estamos yendo junto a Chaz. —hablo Ryan tratando de calmarme a lo que yo solo solté un suspiro de resignación. No quería asustar a la chica.— ¿Estas con ella? —cambio el tema por completo.

—Si, la estoy llevando a casa. —la mire de reojo y pude notar como me observaba con atención.

No puede evitar sonreír. 

Ese era el efecto que tenia en todas.

—Bien, cuando llegues hablaremos del tema con los demás.

—Esta bien bro, gracias por eso, luego hablamos.— di por finalizada la llamada. 

  

Solté un gran suspiro pasando una mano por mi rostro.

Siempre me trataba de controlar con respecto al idiota de Trevor, pero el no me estaba haciendo las cosas nada fáciles.

 Apreté mi mandíbula con fuerza mientras aceleraba poco a poco tratando de sacar la tensión de mi cuerpo.

—¿Estas bien? —su voz me saco de mis pensamientos.

—¿Te parece que lo estuviera? —la contraataque cabreado volteando a su dirección.

—Joder tío, solo trataba de ser amable. —se cruzo de brazos.

—No necesito tu amabilidad. —me tense.

—Bien, déjalo. —levanto las manos con exasperación. —Tienes serios problemas de ira ¿te lo han dicho?

Sonreí y volví mi mirada a la carretera.— Si, si me lo han dicho. —continué— Y a ti ¿te han dicho que tienes serios problemas a la hora de cerrar la boca? —La mire de reojo con una sonrisa.