Capítulo treinta y dos.

18.6K 1.2K 131
                                    

  

No hallaba la manera de tranquilizarme.

Justin cambio mi celular.

La persona que me seguía no podría haber encontrado mi número. ¿Cierto?

Mordí mi labio inferior.

Una nueva llamada hizo que mi teléfono se iluminara.

 Dude unos momentos.

—H...Hola? —Titubee.

—Hija, por fin contestas

Cerré los ojos y mentalmente agradecí. Realmente podía decir que estaba feliz de escuchar su voz.

 —Mamá. —Hice una mueca. —¿Porque llamas? ¿sucedio algo con Kevin?

 —No es necesario que suceda algo para que tenga que llamar a mi hija, bueno, ya que ella no lo hace.

—Vale, no estoy para que me reclames nada. Y si mal no lo recuerdo esta es una de las pocas llamadas que he recibido de tu parte. —Rode los ojos. 

Suspiro. —Lo siento.

Mordí mi lengua antes de decir cualquier otra cosa que hiciera que termináramos gritando.

—¿Como esta Kevin?

—No ha parado de preguntar por ti, te extraña mucho hija, igual que tu padre y yo.

—Se nota que papá lo hace. —bufe.

—Sabes como es el.

—No es una excusa ¿se supone que me extraña no?

—¿Como vas tu? ¿que tal tus estudios? —Cambio rotundamente de tema.— ¿has encontrado a alguien? —Dijo con diversión lo ultimo.

—Conformate con saber que estoy bien. —Mi tono de voz sonó mas desagradable de lo que pensé.

—¿No vendrás a visitarnos? 

—No, esta semana regreso al instituto. —Me encogí de hombros.

—Pero las vacaciones se acercan, sabes que puedes venir cuando quieras. —insistio.

—Mamá...

—Por favor, por lo menos hazlo por Kevin. —Senti como su voz se quebró.— Eres su única hermana, te necesita.

—Lo haré. —Trague saliva.— Pero no digas que soy su única hermana, Matt siempre estará con nosotros.

—Tienes razón, lo siento. ¿Puedo llamarte nuevamente? Kevin quiere hablar contigo pero se ha dormido.

—Claro. —Sonrei.— Dile que lo quiero.

—Lo haré hermosa, cuídate mucho.

—Adios.

—Te quiero. —Ella musito y yo finalice la llamada.

Cada vez que terminaba de hablar con ella me sentía como la peor de las hijas.

—¿Todo bien? —Halley asomo su cabeza por el marco de la puerta junto a Jake.

Asentí. —Me ha llamado para saber de mi.

—¿Te comportaste?

—Supongo. —Me encogí de hombros. 

 —Te creeré. —ella sonrió. —¿Vamos a ver una película? prepare palomitas.

Asentí y me dirigí hacia ellos. 

   

Pasamos las dos siguientes horas viendo una película en la cual nadie parecía prestar atención, excepto Halley. Incluso Jake dormía apoyado en mi hombro. 

ResilientDonde viven las historias. Descúbrelo ahora