Capítulo treinta y cuatro.

19.4K 1.1K 71
                                    

       

Sentí como mi pecho se apretaba y mi vista se nublaba al verlo de esa manera. Intente hablar pero las palabras no salieron de mi boca. 

—Mis... Mis padres pensaron que seria una buena idea ir a visitar a mis tíos. Yo tenia catorce y lo único que me interesaba era jugar videojuegos en mi habitación. No quería ir, pero ellos me obligaron. —Sonrio amargamente.— Mis hermanos venían conmigo en la parte trasera del automóvil jugando, papá estaba enfadado conmigo porque le grite a mamá antes de venir. En ese momento recordé que olvide mi sudadera, le dije a papá y el respondió que no la necesitaba, que me compraría una nueva allá. Pero insistí, le dije que era mi sudadera de la suerte y que sin ella no me bajaría. Mamá me dio una mirada comprensiva y sonrió, ella dijo que no pasaba nada si nos devolvíamos a buscarla y el finalmente accedió. —Trago saliva con dificultad. 

El narraba lo ocurrido como si lo hubiera vivido ayer.

—En...Entonces paso. —Su mirada se volvió sombría.— No se exactamente como, solo se que cuando iba a dar la vuelta un gran camión lo invistió.
Desperté tirado en el piso, estaba muy dolorido, apenas podía moverme, pero aun así me levante a buscar a mi familia.

Puse las manos en mi boca reteniendo un quejido. 

—El automóvil estaba en llamas, me acerque con la esperanza de que ellos también estuvieran tirados en algún lugar como yo, pero no fue así. Yo había salido expulsado por la ventana trasera porque era el único que no llevaba cinturón de seguridad. —Se encogió de hombros.
Mamá era la mujer mas amable y cariñosa del mundo, papá era un hombre duro pero aun así se desvivía por su familia, Joseph tenia solo siete años y mi pequeña Megan tres. —Su voz se quebró.— Ellos no merecían algo así. 

—Justin... —Solloce.

Me abrazo con fuerza escondiendo su rostro en mi cuello. Algo humedeció mi hombro y entonces supe que estaba llorando. 

Las lágrimas cayeron mientras cerraba mis ojos y le devolvía el abrazo, rodeando su espalda. 

—No entendí por que se los llevo a ellos y a mi no, pero ahora se que es mi castigo. 

—No digas eso. —Hable despacio temiendo que una palabra mal dicha hiciera que el explotara.

—Estoy jodido. 

—No es tu culpa Justin. —Levante su rostro con cuidado.— No es tu culpa. 

—¡Claro que lo es! —Escupio. 

—Tu no sabias que algo así pasaría, eras un niño.

—Un estúpido niño mal criado que solo pensaba en el cuando pidió esa jodida sudadera. 

—Estoy segura de que tus padres no querrían que te mortificaras de esa manera por algo que estaba fuera de tu alcance. —Acaricie su rostro. 

—No es cierto, soy malo, lo merezco. 

—Deja de decir eso. —Dije con tristeza.

Limpio sus ojos de las lágrimas.

—A ellos los quería mas que nada en el mundo, eran todo para mi y murieron por mi culpa. Por eso te aleje de mi Paige. —Musito.— Por...Porque te quiero. 

Me paralice al escucharlo decir eso. 

El sentía que me haría daño. El tenia un trauma por todo lo que había pasado. El no era nada mas que un chico que estaba asustado y roto. 

Y no lo merecía.

Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

—Si enserio me quieres, no me dejes ir de nuevo. —Susurre.

ResilientDonde viven las historias. Descúbrelo ahora