Resilient

Capítulo veintiuno.

       

 

  

Un estruendo hizo que lentamente abriera los ojos. Me retorcí en la cama gruñendo. 

Las blancas almohadas me hicieron sentir extraña.

Me senté de golpe observando el cuarto. 

Este no era el mio. 

Las cortinas eran oscuras y contrastaban con la gran  habitación pintada completamente de blanco.  No había un solo cuadro o fotografía, solo la cama de sabanas blancas y edredón marrón junto a algunos muebles. Todo estaba demasiado ordenado, incluso para mi.

Fruncí el ceño intentando recordar lo que había pasado ayer. 

Mia 

Steve

Justin 

Luego todo se volvió mas claro y las imágenes pasaron por mi cabeza como una película. Sentí una punzada en mi sien lo que me hizo cerrar los ojos con fuerza. 

Esta era su habitación.

No recordaba con claridad como había llegado aquí y eso era lo mas frustrante de todo.

No había rastro de Justin por ningún lado. Me recompuse y me levante de la cama rápidamente.

Pase una mano por mi desordenado cabello. 

Trate de ignorar el hecho de que estaba descalza y con unos pantalones que no eran los mios. Camine hasta la puerta y abrí esta con cuidado. Unas voces que iban subiendo cada vez mas el volumen llamaron mi atención. 

Una vez en el pasillo, mire a mi alrededor y solo vi cuatro habitaciones mas, todas con las puertas cerradas. 

La escalera me indico que me encontraba en el segundo piso. Baje por esta tratando de no hacer ruido. 

Mientras bajaba pude reconocer la voz de Justin y parecía estar discutiendo con alguien. 

—Eschuchame bien Somers. —su voz sonó amenazante.— Sera mejor que cierres tu puta boca y no vuelvas a hablar así de ella. 

—Bien, solo no te quejes cuando la tía esta sea una completa perra y te haya dado una puñalada por la espalda. —El fuerte portazo hizo retumbar a todas las paredes. 

 Mi estomago dio un vuelco. ¿Hablaba de mi?

—¿Te han dicho que es de mala educación estar escuchando las conversaciones ajenas? —Salte de donde me encontraba y voltee mirando asustada a la persona que se encontraba a mis espaldas. 

El chico de pelo oscuro y ojos cafés me miraba con diversión a través de su rostro adormilado. Recordé su nombre al instante. Era Logan. 

—Lo siento solo... 

Rió.— Chica, no te preocupes. Solo bromeaba. 

Asentí intentando ocultar mi desconcierto. 

—Es un gusto volver a verte. 

—Digo lo mismo.

—¿Te sientes mejor? Ayer llegaste completamente sedada. 

—No recuerdo mucho. —Frunci el ceño. 

—Oh bueno. —Formo una linea con sus labios.— Creo que Justin te explicara mejor. 

—¿Paige?— Justin salio de lo que pareció ser la cocina.