Capítulo diecisiete.

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—¿No estas mal con que te quedes sola esta semana?— Halley puso sus grandes ojos verdes sobre mi. —Sabes que mamá adora tenerte en casa. 

Aparte la mirada de mi iphone. —Lo sé Hall pero debo hacer un informe, prefiero quedarme. 

—Lo puedes hacer después.— insistió. —Tenemos una semana libre.

—La ultima vez que me convenciste de eso tuve que estar hasta la madrugada haciéndolo y este es bastante largo.— hice un mohín.

Solo un suspiro. —Eres una mala amiga me dejaras sola cuidando a mis hermanos. 

Rei. —Si mal no lo recuerdo hace unas semanas estabas reclamando porque los extrañabas.

—Pero extrañar no es lo mismo que las ganas de cuidarlos, son dos pequeños demonios mas un complicado adolescente.— bufo. —Si mamá quiere salir con papá debería conseguirse una niñera. 

—Los gemelos son adorables.— me encogí de hombros. —Por lo menos conmigo lo son. 

Puso los ojos en blanco. —Por eso quiero que me acompañes, ellos te obedecen mas a ti que a mi. Incluso Luke, el chico hace todo lo que digas.

—Prometo que te acompañare en otra ocasión, enserio.— le di una sonrisa. 

Bufo. —Bien, pero mi rebelde hermano estará triste.— hizo un puchero. 

—Por dios Hall, el es solo un niño.— carcajee. 

Se unió a mis risas. —Oye, tiene 16.— alzo sus cejas con diversión. 

Negué con la cabeza riendo. 

—Puedo decirle a Jake que venga, así no estarás tan sola.— me sugirió mientras iba a buscar su maleta. 

—No, no creo que quiera venir.— me encogí de hombros. 

—¿Por que?

—Aun esta enfadado por lo que paso, ni siquiera me mira. 

Frunció el ceño. —Ese idiota tiene serios problemas.

 Pase las manos por mi rostros con frustración. —¿Crees que me deba disculpar?

—¡No!— alzo la voz. —No puedes disculparte por algo que no tiene absolutamente nada de malo. Se ha enfadado por algo  muy ridículo, pronto se le pasara.

Asentí sin estar muy segura. 

—Dios Hall, esa maleta es gigante solo vas por dos días.— reí.

Se cruzo de brazos. —Tengo mis necesidades.

—Como tu digas.— rodé los ojos. 

—Bien, nos vemos dentro de unos días.— me abrazo con fuerza. 

—Nos vemos.— le devolví el abrazo. —Saluda a todos de mi parte. 

Asintió. —Tu no te diviertas mucho sin mi.— me guiño el ojo, tomo su maleta y salio por la puerta. 

Reí. 

Entre a mi habitación buscando los apuntes que había anotado para hacer el informe, abrí uno de los cajones del mueble sacando el libro. 

Un álbum de fotografías se dejo ver bajo de este. Fruncí el ceño ya que hace mucho que no lo veía y lo tome dejando de lado todo lo demás. Me senté en la orilla de mi cama y lo abrí. Comencé a pasar las fotografías riendo en algunas ya que eran imágenes viejas, yo y mis padres aparecíamos en la mayoría. 

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