Capítulo veintitrés.

19.6K 1.1K 99
                                    

        

   

    

 

—Justin, no puedo ir contigo. —Solté su mano y comencé a caminar por la habitación. —No pasara me nada, estaré bien.

—Paige, no es una pregunta. —Su mirada se volvió intimidante. —Vendrás conmigo. 

—No tienes derecho a obligarme a nada. 

—No comiences con esa mierda, sabes porque lo hago.

—Bien y en el caso que acepte ¿qué pasara con Halley? Ella también vive aquí. —Fruncí el ceño.

—No me importa. —Se encogió de hombros.  

Lo mire mal.

Dio un suspiro. —Lo siento, vale. —Paso una mano por su cabello.— Mira, estoy seguro de que sea quien sea el hijo de puta que ha entrado claramente tiene algo contra ti, ella estará bien, la protegerás alejándote por un rato. Ahora ven conmigo, por lo menos unos días hasta que pueda saber algo y confirme que es seguro que vuelvas.

—¿Y si pasa mucho tiempo y aun no es seguro que vuelva?

Sonrió. —Bueno, entonces te tendré mas tiempo para mi. 

Lo observe unos minutos sin saber que decir. 

Mi cabeza estaba hecha un caos, literalmente.

—Paige, no quiero te suceda nada. —Su mano tomo la mía entrelazando nuestros dedos.— Déjame protegerte.  

Lo ultimo salio en un susurro que transmitió tantas sensaciones a mi cuerpo que solo pude asentir lentamente antes de tomar su rostro entre mis manos y tirar de el haciendo que nuestros labios se conectaran en un beso.

Nos separamos por falta de aire y refugie mi cabeza en se cuello, dejando que sus fuertes brazos apretaran mi cintura, haciéndome sentir completamente segura a su lado. 

Porque sentía que cuando estaba con el nada me podría herir, nada. 

 

{—}

—¿Justin estas seguro que no les molestara que me quede aquí? 

—Claro que no. —Fruncio el ceño mientras buscaba las llaves en su bolsillo.— ¿Por que piensas eso?

—Tus amigos, yo, no sé. —Me encogí de hombros al no encontrar una frase cuerda que decir. 

—No te preocupes por ellos, solo llegan a dormir y ha comer, es probable que no noten que estas aquí. Además no pueden decir nada, estas conmigo. 

Mordí el interior de mi mejilla. 

—Vamos. —Abrio la puerta principal y tomo mi mano guiándome al interior de la casa. 

Dentro, todo se encontraba completamente a oscuras, pero mientras avanzábamos por el pasillo notamos la musica y luces que habían en la terraza. 

Justin dijo algo que no logre descifrar y camino en dirección al ruido. 

No sabia si quedarme parada ahí o seguirlo, pero como no me quedaría como una idiota, lo seguí. 

Cuando abrió la puerta que daba al jardín la musica se hizo mas fuerte aun junto a las voces de personas. 

—Viejo, por fin has llegado. —Pude oír como alguien lo saludo.

—Te estábamos esperando.

ResilientDonde viven las historias. Descúbrelo ahora