CAPÍTULO 48

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La suavidad del zumbido de la calefacción desespero a Nanoha, eran las once de la noche y no había tenido avance alguno. Se levanto, tomo su saco y salio de allí. Visito a la pequeña Vivio solo un momento, ver a su hija conectada a tubos en una cama le desesperaba de la forma más cruel.

Su habitación estaba fresca, luego de activar la alarma se quito la ropa. Estando en intimas prendas se encamino a la ducha, una rápida. Salio y se puso aquel camisón hasta debajo de las rodillas. Se dejo caer en la cama y suspiro mirando al techo.

-Estoy... harta. -susurro apretando los dientes.

Los grillos lanzaban su canto, su melodía que caracteriza las noches despejadas y calmadas. Aun recordaba cuando solía amar ese sonido, ¿cuando fue que comenzó a odiarlo? No perdió tiempo en contestarse, su móvil vibro.

"Buenas noches, Nanoha. Me pregunto si podriamos entregarle la pintura a tu madre juntos, si no te es problema. Chrono"

Una mueca de molestia apareció en su rostro, estaba tan cansada que todo lo encontraba irritable. Chrono, siempre tan lindo en sus mensajes, contesto un "muy bien, mañana a las 7 de la mañana" y lo apago. Nadie usaba esos aparatos hoy en día pero consideraba su cuñado (así le decían todos a Chrono, cuñado de Nanoha) más seguro usar eso, por el hecho de estar encriptada la linea.

Cerro los ojos y repaso las dudas y cosas por llevar a la tierra. El libro grande, fotos de Fate, notas, periódicos, fotos de las dagas... ¡De las dagas! Con tanta presión casi olvido el "regalo" que le dio el fantasma de Zest. Se levanto de un brinco y camino a su armario, saco la caja.

Dejándola en la cama la observo unos instantes. Tick Tack, el reloj le susurraba "pronto, pronto, anímate" Ya sabia que había allí, no era estúpida pero el ver sus sospechas confirmadas le daba miedo. No le dijo a nadie sobre eso, si era una daga tendría problemas para explicar como la obtuvo y porque no lo dijo antes. Suspiro, froto sus manos como si estuviera quitándose el frió y aplaudió con fuerza y con animo tenso. Con sus manos la abrió. Contuvo la respiración.

-Odio a veces tener la razón. -murmuro.

Con un suspiro acepto la realidad de su situación, en sus manos tenia la tercer daga. Y, no era todo, tuvo contacto con un sospechoso (prácticamente culpable) de todo lo ocurrido, le dijo... esas palabras tan extrañas pero no se podía explicar su significado. 

Tomo conciencia de la daga al fin. Según Yuuno era una daga con datos históricos representativos de la tierra; La cinquedea (cinco dedos) o lengua de buey,  era un arma civil cuya posesión representaba un elevado estatus social a finales del siglo XV a principios del siglo XVI. Su medida era de unos 45 centímetros y más de un kilo de peso, igual que las otras dos. Lo curioso era lo de cinco dedos, porque eran cinco dagas, bastante interesante.

Un detallado tan peculiar... tan bonito, la empuñadura era de cobre, hermosa hoja con las mismas palabras: "Yo el Belka, juro lealtad a mi amo; T.H.F"  meneo la cabeza, quien fuera ese hombre era el dueño de esas armas estaba detrás de todo, o, al menos estaba involucrado de cierta forma. ¿Con que motivo dejarían eso? ¿Por qué el fantasma de Zest se la dejaría? Se supone que era el enemigo pero aun así les dejaban esas armas... un mensaje secreto, pero, ¿cual? las incongruencias se apilaban una tras otra en una montaña.

-Me gustaría saber como se supone que descubriré esto si Fate-chan no confió en mi!! -grito arrojando la daga en su cama y se sentó con las manos en la cabeza.

Clack Clack

La daga choco contra algo que le hizo sonar. Se giro Nanoha y vio que su bolso de trabajo era el causante. Frunció el ceño y gruño. Nada estaba saliendo bien, parecía empeorar todo y ella debía ser fuerte, razonar y buscar la solución.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora