[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos Separo

CAPÍTULO 31

Después del incidente en la cafetería, Nanoha los cito en la sala de reuniones para discutir el asunto de la investigación y de los cambios en el equipo. Claus fue para avisar que el inspector de sanidad deseaba de una vez verificar la biblioteca como cada año y que no abriría hasta mañana, Hayate se excuso diciendo que iba a acompañarlo a la salida y Signum molesta con Hayate fue para seguirlos ya que le parecía sospechoso Claus y que podría hacerle algo, menuda celosa pensaban todos.

-Yuuno-kun, que sucedió para que Claus ocupara tu puesto temporalmente? -pregunto Nanoha una vez se quedaron solos.

-Pues en el almacén del museo de investigación antropológica no se encuentran algunas cosas de la civilización de Duumas. -suspiro algo enfadado. -Para serte honesto, creo que ellos los han perdido y nos quieren echar la bola.

-Un problema grande, no? Pero no tendrías que estar allí Yuuno-kun, ellos son los responsables no tú.

-Y que lo digas, tengo que estar supervisando la búsqueda en el almacén para encontrarlo pero sino aparece tendré problemas serios ya que la categorización y evaluación de la autenticidad la hice yo en el sótano de la biblioteca.

-Tal vez ellos lo han puesto en donde no.

-Por eso mismo yo tengo que estar en persona allí para aclaración si eso sucede. -sonrió y la tomo de la mano, Nanoha se esforzó por no retirarlas de inmediato. -¿Crees que podamos salir a cenar esta noche?

-Es lindo de tu parte Yuuno-kun pero debo seguir investigando ese libro. Por cierto, que era lo que querías decirme sobre la pista que encontraste? -cambio el tema rápidamente y el joven la soltó y se levanto. 

-Tengo entendido que Hayate es la segunda al mando desde ahora, le dejare mi reporte a ella en lo que continuas investigando el libro.

-Puedes decírmelo ahora. -contrarresto levantándose también.

Sonrió con tristeza y tomo su mochila con irritación.

-¿Por qué siempre tienes tiempo para discutir trabajo pero no para hablar de lo nuestro, Nanoha?

La cobriza se tenso y sus ojos se volvieron firmes.

-Yuuno, creo que debes aprender a separar las emociones del trabajo. Hay prioridades siempre.

Hayate tenia razón pensó con amargura mientras acariciaba el anillo plateado de su mano izquierda. Muchas mujeres creían que era casado, que equivocadas estaban, era su amuleto, el descubrimiento que hizo hacia cosa de siete años en las ruinas de lo que era un pequeño templo de los Alhazred, estaba escondido detrás del altar principal, siempre se pregunto porque lo habrían puesto allí, ningún escrito hablaba de una costumbre así hasta que traduciendo la inscripción del altar leyó:

"La morada del _________ se encuentra aquí, junto a lo que una vez le perteneció, el rey que _______ su legado"

El mensaje estaba incompleto pero en la civilización Alhazred solo tenían altar los grandes reyes sabios y guerreros sin igual. Había otra inscripción por donde encontró el anillo pero era un hechizo y era una legua muerta sin antecedentes pero lo más seguro era que fuera un hechizo de protección para con el templo. Una vez regreso de allí entrego todo lo descubierto y en cuanto vieron aquel anillo sin utilidad se la dejaron quedar como un trofeo de su exitosa expedición. Desde ese día conservo aquel anillo en su mano y las cosas que más deseaba las conseguía con una asombrosa prontitud que se asustaba pero siempre agradecía a su amuleto, bueno, casi todo, lo unico que deseaba con desespero era el amor de la cobriza pero supuso que eso es lo unico que no podía dárselo.

De pronto llego Hayate junto a sus guardianas, Mei, Claus Ingvalt al que le decían Ingvalt desde que supieron que había otro Claus y también por el hecho de que el Claus era su apellido, Arf con sueño y por ultimo Amy que había sido transferida recién.