CAPÍTULO 28

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La estancia de aquel lugar era oscuro, sin luz alguna que iluminara el paso, para ello uso la linterna que le había dado aquella mujer cuyo nombre jamás supo.

-Use la linterna, siga derecho por el corredor y pronto vera que cambia de orientación el pasillo y prosigue, encontrara tres puertas vaya a las de en medio si elige la que no le corresponde me temo que será eliminado.

Una mujer dándole ordenes, menuda tía, debía coger demasiado bien para el jefe para estar en esa posición, pero no importaba, solo debía ir con él, eso le preocupaba ya que las investigaciones no estaban dando los resultados que deberían. La estancia era gris y daba escalofríos, no había ruido alguno más que el de sus pasos, era como decían que cuando la vista es nula o esta en bajas condiciones los demás sentidos se agudizan. Al girar por segunda vez a la izquierda encontró frente a él tres puertas separadas por tres metros una de otra, sin siquiera pensar en tomar la que no debía siguió de frente y toco dos veces la puerta.

-Adelante. 

Apago la linterna y abrió la puerta. Estaba semioscuro a excepción de la leve luz de una vela, cerro la puerta con cuidado

-Guarda la linterna en la chaqueta, no se te ocurra tratar de verme el rostro o tendremos serios problemas, Legius. -siseo la voz con un acento que no le recordó a nada pero tampoco deseo averiguar de donde era.

-Jamás haría esa estupidez, señor. -respondió bajando la mirada.

-Siéntate, eso mismo. Ve al frente, con esta luz mi cara no podrás ver.

Legius obedeció y alzo la cara. Por lo general lanzaría una autoritaria, fría y exigente mirada pero ahora tenia la de un niño asustado que esperaba un castigo.

"El jefe" como el lo llamaba comenzó a tararear algo pero sonaba irritado, como si estuviera meditando algo o tratado de controlar el enojo, Legius sintió un sudor frió en el cuerpo y maldijo a los de la RF6 y a Erwin Smith por separar las organizaciones de la investigación y dejarle a la RF6 todo, eran unos incompetentes buenos para nada sin Hayate Yagami como comandante, esa Takamachi solo tenia respaldo de la sub unidad pero no experiencia que la respaldara.

-Legius, que reporte me tienes de la investigación de "La esfinge de la muerte"? -dijo aquel hombre con tono despreocupado.

-No hay avances que conduzcan al responsable, según-

-Responsables. -corrigio de inmediato.

-Bueno, según ellos es un responsable no muchos, señor. -explico confundido.

-Quiero que lo mantengas asi, para ellos solo es uno. Porque me interesa que detengan al que me supone problema, entendiste?

-Sí, por supuesto, señor. 

-Bien, que opinas de los que trabajan allí?

-Sería más productivo quitar a Takamachi Nanoha y regresar a Yagami, señor.

El jefe tarareo una vez más pero una melodía lenta, como si estuviera cantando algo pero sin pronunciar las palabras.

-Lo mismo pensé, por eso desde mañana estará reintegrada a la investigación. Ahora, Legius no te llame para discutir esto.

-Entonces, señor?

-Tengo lo que ustedes dicen "Un dolor de culo" -su voz denotaba malestar al pronunciar esas palabras vulgares. 

-Digame señor, de quien se trata y me encargare de el. -sonrió.

Legius era un hombre que gustaba de deshacerse de tropiezos o baches para llegar a la meta deseada, su carrera militar era algo interesante. Cuando estallo una revuelta en el sector 56 el en una semana controlo a los incitadores y castigo de formas que el pueblo jamás volvió a siquiera rechistar de nada.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora