*después de capturar a aquel ladrón de tiendas durante su cita, Steve y tú lo escoltaron hasta el departamento de Policías*
—Llevábamos más de un mes intentando atraparlo, gracias.—exclamó un policia mientras tomaba al ladrón y lo metía en una celda.
—No es tan malo, sólo tomó unos dulces.—traté de defenderlo.
—Podrá no ser malo, señorita. Pero es muy irritante.—exclamó en tono cansado el policía antes de acercarse al ladrón.
—Vamos, linda.—Steve tomó mi mano y salimos del lugar.
•○•
Tras comprar unos cafés y rosquillas, nos dirigimos a un parque.
—¿viste el rostro de la cajera cuado el ladrón le lanzó un pastel a la cara?—exclamé entre risas antes de darle una mordida a la rosquilla.
—Pobre, debió sentirse muy avergonzada.—Steve siempre tan comprensivo—. No puedo imaginar lo mal que se sintió.—lo miré divertida.
—¿seguro? Porque creo que tú sí sabes lo que es pasar vergüenza en público.—Steve rió levemente.
—¿tenías que recordármelo?—me miró sonriente.
—Quitando el hecho de que casi te mueres de vergüenza, es una linda anécdota.—
—El haberme tropezado en medio de una conferencia no es nada lindo.—reí.
—Bueno, no lindo pero sí divertido. De todas formas, no me refería a eso...—tomé su mano—. Me refería a que gracias a eso nos conocimos.—
—Tienes razón.—besó mi mano—. Fuiste la heroína que se acercó a ayudarme.—
—Debo confesar que estuve a punto de no hacerlo.—Steve se sorprendió—. Pero tenías esa carita de cachorro mojado en apuros y... no pude resistirme. Eso sí, pesabas mucho, me costó levantarte.—
—Dios, que vergüenza.—ambos reimos—. Tal vez aquel fue mi mayor papelón, pero también fue el momento más feliz de mi vida, sin contar cuando aceptaste ser mi novia.—
Sonreí tiernamente antes de besar sus labios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
