Clint: *después de que el juez le dictara prisión domiciliaria a Clint, debías encontrar algo para distraerlo cada día*
—¿y qué... quieres hacer hoy?—solté mientras me sentaba sobre las piernas de Clint y posaba mis manos en sus mejillas—. ¿dibujo? ¿películas?¿videojuegos? ¿repostería? ¿jardinería?—Clint frunció sus labios en una mueca de asco.
—¿No hay otra cosa? Algo que no hayamos hecho mil veces esta semana.—suspiré.
—Eres más difícil de entretener que tus hijos... a ver, señor aburrido. Dime qué quieres hacer.—
—No sé.—enarqué una ceja.
—Eres de mucha ayuda, la verdad.—el hombre sonrió—. A ver... Dime ¿Qué te gusta?—
—Tú me gustas ¿eso qué tiene que ver?— una amplia sonrisa se instaló en mi rostro.
—Aw, tú también me gustas.—planté un beso fugaz en sus labios—. Y... creo que ya sé qué podríamos hacer.—alcé mis cejas divertida, haciendo que Clint captara de inmediato mi idea.
—¿empezamos de inmediato?—soltó mientras me tomaba de la cintura y me pegaba más a él—. Tenía en mente pintar algunas macetas para el jardín, pero esto es mucho más divertido.—volvió a besarme, está vez con más necesidad.
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🍃
Peter P. : *mirabas distraída la litera superior de Peter, cuando una idea repentina apareció en tu mente*
—¡Peter, se me acaba de venir una cosa muy rara a la cabeza!—exclamé mientras me levantaba de golpe, estrellando mi frente con la litera superior.
—¿¡estás bien!?—exclamó el chico mientras bajaba rápidamente de la litera y se acercaba a mi.
—Sí, sólo me fracturé el cráneo... como sea, tengo algo súper raro que necesito decirte.—el chico me miró intrigado.
—¿Qué? ¿de qué se trata?—
—¿has notado que el señor Stark diseñó a Jarvis y a Friday con una personalidad bastante sarcástica y Karen, en cambio, es mucho más agradable y dulce?—
~Gracias por el halago, ____.~soltó la "mujer" desde el celular de Peter.
—De nada, Karen.—sonreí antes de mirar a Peter—. ¿se te había ocurrido eso antes? Stark la diseñó así porque eres un bebé.—
—No soy un bebé... como sea, nunca se me había ocurrido.—Peter me miró—. No sé cómo siempre te das cuenta de este tipo de cosas.—me encogí de hombros.
—Soy genial... y por eso me amas.—
El rostro del chico se tornó rojo.
~Vamos, Peter. Esta es tu oportunidad de decirle cuánto la quieres.~sonreí.
—Hazle caso a Karen, Pet.—besé su mejilla antes de tumbarme en la cama—. Pero antes de decir cuánto me amas ¿podrías traerme un poco de hielo antes de que me salga una esfera del dragón en la frente? De verdad me golpeé feo.—llevé mi mano al punzante dolor en mi frente.
—S-sí.—Peter se dirigió rápidamente a la puerta, tropezándose con unos zapatos en el camino.
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Les juro que no me había dado cuenta que la habitación de Peter en Homecoming es diferente a la de Civil War. Onda, la de ahora parece más chica o es ideamía. O al menos, la cama no es la misma xD
🌿
Pietro: *el peliplata estaba algo molesto por el hecho de siempre ser comparado con su hermana. No por fuerza ni por capacidad, sino por "presencia y comportamiemto"*
—¿Pietro?—solté entrando a la cocina de la torre.
—Hola, linda.—me dedicó una sonrisa mientras sacaba una porción de pastel sobrante del cumpleaños de Natasha.
—¿se te antojó más pastel?—
—¿"más"? Ni siquiera lo probé.—
—Ah, cierto. Te enojaste con Stark y te fuiste a tu cuarto antes de cantarle el feliz cumpleaños a Nat.—sonreí.
—Stark es un imbécil...—soltó el chico mientras buscaba una cuchara en la alacena.
—Pues... tenía algo de razón.—el chico volteó rápidamente a mirarme—. Wanda sacó una puntuación perfecta en el simulacro de la semana pasada. Y tú... bueno... tienes salud.—el chico parecía algo molesto.
—Perdón por no ser el hechicero plateado de su bruja escarlata ¿ok? Lo mío es correr, no mover cosas con la mente.—tomó el pastel y antes de probarlo me miró—. ¿puedo comer el postre? ¿O acaso Wanda comería este pastel mejor que yo?—negué divertida antes de acercarme al chico, quitarle el postre de las manos y dejarlo sobre la mesa.
—¿sabes? Tal vez Wanda sí sea mejor en el entrenamiento, cocinando, limpiando y no metiéndose en problemas. Pero...—posé mis manos en sus mejillas, pasando mis pulgares suavemente sobre la leve barba crecida en su rostro—. Hay algo que tú lograste que ella no, y nunca podrá hacer.—
—¿a si? ¿y de qué se trata?—besé dulcemente sus labios y le dediqué una sonrisa.
—Ganar mi corazón, hechicero plateado.—
El chico me dedicó una amplia sonrisa.
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