Desde pequeña siempre me he hecho esa pregunta. Pero ahora, al ver cómo ____ se aferraba a mi y lloraba en silencio, sabía muy bien mi respuesta.
—¿voy a morir?—soltó con voz temblorosa mientras caía al suelo, pues sus piernas comenzaban a desaparecer.
—Tú... no vas a morir. Encontraré la forma de arreglar todo esto.—acaricié su mejilla con delicadeza.
—No creo que esto tenga solución, linda.—____ tomó mi mano y la presionó levemente—. Al menos, moriré viendo a la persona más maravillosa que pude haber conocido... te amo, Wan.—
Me acerqué lentamente a su rostro, debía darle un último beso. Pero antes de que pudiera siquiera rozar sus labios, ____ terminó de desvanecerse.
—Yo... también te amo...—
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