*cuando Steve Rogers se plantó frente a ti y te pidió una cita, no pudiste responder, pues los nervios te había dejado totalmente inmóvil. Steve tomó aquello como un rechazo, y más que dolido, se retiró sin decir nada más que un "lo siento"*
—Lo arruiné, Peggy. El hombre que me gusta me invitó a salir y yo... me congelé, no le respondí nada.—suspiré frustrada mientras tomaba un poco de mi refresco.
—Tranquila, ____. No le dijiste que no, eso es algo bueno.—
—Pero tampoco le dije que sí...—Peggy suspiró rendida.
—Mira, creo que Steve se encuentra en la cafetería. Ve y dile que sí aceptas tener una cita con él.—
—¿Tú crees que él aceptará? Digo, yo lo rechacé.—
—No lo rechazaste, chica. Ahora ve y habla con él.—asentí decidida mientras me ponía de pie y me alejaba de mi amiga.
•○•
Al llegar a la cafetería, vi a Steve sentado en una mesa del rincón, se veía algo triste.
Diablos, debe ser por mi culpa...
—Hola, Steve.—solté algo apenada—. Escucha, lo que pasó hace un rato-
El joven sonrió y me hizo una seña con la mano.
—Esta bien, ____. Entiendo si no quieres salir conmigo y... espero que aún podamos ser amigos.—
—¿qué? ¡no!—Steve bajó la mirada—. ¡Sí quiero salir contigo! Lamento lo de hace rato, es que me tomó por sorpresa tu propuesta. Me gustas, Steve. Y de verdad me encantaría tener una cita.—
El chico sonrió tiernamente, mientras me hacía un gesto para que lo acompañara en la merienda.
—Tú también me gustas, ____.—soltó avergonzado apenas me senté frente a él.
Unas mesas atrás, Peggy sonreía y me felicitaba mostrándome su pulgar.
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