*cuando Strucker los liberó a ti y a los gemelos Maximoff, decidiste huir lejos de todo, pues meterte con los Vengadores no era algo que estuviera en tus planes. Pero cuando te enteraste de todo el tema del robot asesino y el peligro que Sokovia corría, decidiste intervenir.*
Presionabas nerviosa aquel corazón de metal que Wanda te había dado.
"Si algún día nos necesitas, usa esto para encontrarnos. Pietro estará mas que feliz de verte"
En aquel entonces, no le tomé demasiada importancia, yo no los necesitaba. Y en cuanto a Pietro... simplemente creía que era mejor no acercarme demasiado a él. Pero en estos momentos Sokovia está en peligro, era mi gente. Mi poder era la teletransportación, y aquel corazón que Wanda me dio era un "pasaje" hasta su posición.
Mierda, espero que funcione.
Mentalicé a los gemelos, y tras unos segundos, sentí como mi cuerpo se sacudía.
—¿____?—una Wanda sorprendida y el famoso Hawkeye me miraban fijamente.
—Que gusto ver que estás bien, Wan. Vine a ayudar.—la chica sonrió—. ¿y Pietro?—
—El mocoso veloz está afuera... ¿entonces eran tres mocosos mágicos?—soltó el arquero.
—No soy hermana de ellos, si a eso te refieres.—
—Ella es la enamorada de Pietro.—miré molesta a Wanda, quien sonreía.
—Ok... esa información no era necesaria. Miren, me encantaría quedarme aquí y conversar con ustedes sobre el amorío con el mocoso. Pero nos necesitan, así que, si deciden cruzar esta puerta, serán vengadoras.—el halcón salió del lugar.
—Vamos, Wan. Hay trabajo que hacer.—la chica sonrió.
Tomé el hombro de Wanda y rápidamente aparecimos frente a un grupo de personas. La sokoviana hizo un pequeño escudo, protegiendo al grupo.
—¡todos, tómese de las manos!—La gente obedeció rápidamente y, con un máximo esfuerzo, logré sacarlos del pueblo.
No había pensado en la gran cantidad de energía que aquello me quitaría. Algo mareada, volví a la ciudad. Apenas pisé la calle central, vi cómo un policía apuntaba hacia Pietro.
—¡hey, imbécil!—tanto los policías como Pietro voltearon a verme—. ¿No sería mejor si le apuntas a los robots voladores? GRACIAS.—el tipo se disculpó por lo bajo.
Pietro se acercó rápidamente a mi, y cuando estaba por decirle algo, tuve un pequeño mareo.
—¿Estás bien?—el chico me sostuvo por unos segundos.
—Sí, sólo... gasté demasiada energía.—lo aparté levemente—. ¿tú estás bien o ese imbécil te disparó antes?—el chico negó.
—Llegaste a tiempo.—sonrió—. Mi heroína.—rodeé los ojos.
—Sí, claro. ¿qué te parece si volvemos con Wanda? Yo te llevo.—
—Claro que no, estás muy débil. Yo te llevo.—
Antes de poder negarme, el chico me tomó en brazos y en apenas unos segundos estábamos frente a Wanda.
—¿están bien?—preguntó al vernos llegar.
—¿yo? De maravilla.—Pietro me miró sonriente. Me aparté de él.
—No te emociones de más.—
—Hey, mocosos.—Clint apareció en el lugar—. S.H.I.E.L.D trae refuerzos, asegúrense de que todos los civiles se pongan a salvo.—asentimos mientras nos poníamos en marcha.
—¿y qué has hecho en estos días?—miré a Pietro—. Nosotros fuimos engañados por el robot musculoso.—sonreí.
—Yo no hice mucho, conocí a un joven en un pequeño pueblo cercano a este. Es muy amable, me dio hospedaje en estos días.—
—¿un joven?—Wanda sonrió divertida.
—Bueno bueno, demasiada charla.—intervino Pietro—. Hablemos del imbécil bondadoso después.—negué sonriente mientras nos acercamos a la gente escondida en los edificios.
•○•
Durante los próximos minutos que guiamos a las personas a aquellos gigantes voladores, Pietro me miraba sin disimular demasiado.
—¿tengo algo en la cara?—pregunté mientras acomodaba a un pequeño junto a su mamá.
—Sólo estoy feliz de que estés aqui, pensé que no volvería a verte.—
—Eso es imposible, nunca he podido mantenerme lejos de ti. Cosa del destino, supongo.—
—Eso es porque estamos destinados a estar juntos.—reí.
—Lo que tú digas, mocoso 2.—
—¡hey! Tú eres mocosa 3, no puedes burlarte demasiado.—
La agradable charla se vio interrumpida cuando una mujer se acercó nerviosa a nosotros, no encontraba a su hijo.
—Iré por él, sólo necesito algo del pequeño.—la mujer me dio un peluche.
—Aún estás débil, no lo lograrás.—Pietro me tomó de los hombros.
—No hay tiempo.—
Antes de que pudiese decirme algo, lo aparté y presioné el peluche entre mis manos, teletransportándome junto al pequeño.
—Voy a llevarte con tu mamá, no te preocupes.—lo tomé en brazos e intenté volver con Pietro, pero no pude, mi energía estaba en cero—. Diablos, tendremos que correr ¿si?—el chico asintió asustado.
Comencé a esquivar los restos de edificio con algo de dificultad, pues el lugar estaba lleno de esos robots. Cuando visualicé los botes de rescate sonreí, íbamos a lograrlo. Corrí con todas mis fuerzas, ignorando el gran dolor que comenzaba a sentir en todo mi cuerpo. Pietro logró verme, me sonrió con alivio. La pequeña alegría que tenía se evaporó al ver a Ultron sobre nosotros, disparando a todo lo que se moviera. Miré al niño preocupada y lo abracé con fuerza, no permitiría que algo le sucediera. Pero los impactos nunca llegaron, en su lugar, una pequeña brisa nos golpeó. Miré hacia arriba, encontrándome con Pietro. Cuando noté que estaba malherido, dejé al niño en el suelo y llegué a agarrarlo antes de que cayera al suelo.
—¿acaso no lo viste venir?—sonrió con dificultad.
—No te preocupes, estarás bien. Sólo... quédate conmigo.—intentaba inútilmente tapar las heridas.
—Cuida de Wanda y... cuidate tú.—lo besé por unos escasos segundos—. Diablos... ahora no quiero irme.—
Pietro sonrió antes de morir. Steve y Clint aparecieron y cargaron al niño y a Pietro, llevándolos al último bote disponible. Yo por mi parte, caminé sin demasiado ánimo detrás de ellos.
Desde que tengo memoria intenté alejarme del peliblanco, y ahora que se fue, me siento más perdida que nunca.
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