*el plan era pasar inadvertidos y tratar de averiguar un poco sobre el objetivo. Mientras que Nat y Wanda tomaban un té, tú decidiste caminar un poco por la acera.*
—¿seguros de que es por aquí?—solté disimuladamente mientras ayudaba a una mujer a cruzar la calle.
~Sí, ten un poco de paciencia, ____.~habló Steve por el auricular.
Después de recibir un churro por parte de la mujer como recompensa, seguí mirando a mi alrededor. Un extraño sujeto en la acera de enfrente llamó mi atención, estaba tan concentrada siguiéndolo con la vista que no vi a un chico frente a mi, al cual me llevé por delante.
—Lo siento muchísimo.—exclamé ayudándolo a ponerse de pie.
—No hay problema, linda. Sé muy bien que los ángeles suelen estar en las nubes.—me guiñó un ojo.
—Buen cumplido.—sonreí.
Una extraña y sorpresiva brisa elevó decenas de hojas del suelo y de los árboles para "atacar" al chico, quien huyó espantado.
—Wanda...—solté divertida mientras volteaba a ver a la bruja, quien estaba en la esquina de la acera.
~Se lo merecía.~exclamó tranquila antes de beber un poco de su té~. Los cumplidos de ese nivel sólo puedo hacértelos yo, ángel.~reí por lo bajo antes de acercarme trotando hasta su posición y besarla fugazmente.
—No estés celosa, mi brujita.—
Las mejillas de Wanda estaban tan rojas como el poder que emanaba de sus manos.
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