*eras amiga de Peter, Gwen y, gracias al primero, también de Harry. Una noche cenando con ellos, comentaste que habías perdido tu trabajo de mesera, por lo que Harry te ofreció ser su secretaria, ya que muy pocas podían con su "intensidad". Como necesitabas el trabajo y tenías una "buena" relación con el chico, aceptaste*
Estaba nerviosa. Hoy era mi primer día en el trabajo y estaba completamente aterrada. Todos se veían tan elegantes y correctos y yo, bueno... tengo salud.
—¿____?—Gwen apareció a mi lado—. ¿por qué no entras?—soltó al ver que nisiquiera crucé la entrada.
—¿Si entro ahí saldré con un horrible traje color caqui y un maletín lleno de papeles? Diablos, sólo soy una mesera, no sé si estoy hecha para esto.—
—Vamos, lo harás bien. Eres la única persona a la que Harry le hace caso, eres la indicada para esto.—sonreí.
Ambas entramos al edificio. Como aún no terminaba de ubicarme, Gwen se ofreció a acompañarme a la oficina de Harry.
—Ahora que estamos solas... ¿te gusta Harry?—soltó Gwen apenas el elevador comenzó a subir.
—Claro que no...-reí-.... ¿tanto se nota?—
—No sé si taaaanto, pero tengo un sexto sentido para estas cosas.—el elevador frenó, ambas bajamos—. Entonces sí te gusta.—
—Bueno, sí. Me gusta Harry, pero no se lo digas, moriría de vergüenza.—
—Hola, chicas.—volteamos hacia un lado, donde Harry se encontraba sentado en una especie de sala de descanso.
—Un rato. Supuse que te perderías, asi que quise esperarte aquí y mostrarte un poco el lugar.—sonrió.
—Creo que yo sobro aquí...—Gwen se volvió a subir al ascensor y se marchó.
Maldita...
—Entonces... ¿te gusta tu jefe? Linda forma de empezar tu trabajo.—
—No debiste escuchar eso, sólo... olvidalo. Dijiste que me mostrarías el lugar ¿vamos?—sonreí débilmente.
—Claro que no, primero...—se puso de pie y se acercó a mi—. Quiero que vuelvas a decir que te gusto.—estaba por negarme—. Soy tu jefe, debes cumplir con lo que te pido.—enarqué una ceja.
—Púdrete, Osborn.—el chico sonrió.
—Esa no es forma de hablarle al dueño de todo esto.—
—¿un empresario que come pizza con energizante y helado de chocolate los sábados en la noche? Guau, pero que profesional.—
Harry me miró fijamente durante unos segundos, poniéndome mucho más que nerviosa. Tomándome totalmente por sorpresa, el joven rodeó mi cintura y me besó con intensidad. Tras reaccionar, llevé mis manos a su cuello, atrayéndolo más a mi. Estábamos tan "ocupados", que no notamos a tres personas frente a nosotros.
—¿señor Osborn?—me separé de inmediato del chico al oír aquello.
—Jerry...—soltó algo molesto el chico por ser interrumpido—. ¿qué quieres?—
—Traía algunas opciones para su nueva secretaria y-
—Yo ya tengo secretaria, es ella.—me señaló con una sonrisa.
—Hola...—moría de vergüenza.
—Excelente... entonces, lo dejamos tranquilo.—los hombres volvieron a marcharse.
—Son muy molestos a veces... ¿seguimos con lo nuestro?—miré al chico, quien estaba levemente despeinado.
—¿qué pensarán tus empleados de mi ahora?—solté preocupada mientras lo peinaba un poco con la mano.
—Que eres la señora Osborn, deben respetarte.—enarqué una ceja—. ¿qué? Tony Stark y esa pelirroja se nota a kilómetros que tienen algo y nadie les dice nada.—
—Sí, pero ellos no andan besuqueándose en los pasillos de su empresa.—
—Bueno...—Harry posó su manos en mi cintura—. Somos especiales.—sonreí.
—¿"somos"? ¿en qué momento ocurrió eso?—
—En el momento en que te escuché decir cuánto me amabas y vi tus ojos brillar con fascinación al hablar de mi.—
—¡mentiroso!—lo aparté entre risas—. Estabas como a 8 metros, no podrías haber visto mis ojos.—
—Ya ya, no importa ¿quieres que te muestre el lugar o no?—asenti—. Entonces en marcha, secretaria.—besó mis labios fugazmente.
—Como usted diga, jefe.—Harry sonrió ampliamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
