~° One Shots e Imaginas de Marvel (Libro Terminado)

°Sam Wilson°

Dedicado a CristalValbuena

~•~

*Te encontrabas preparando todo para una maratón de películas, cuando alguien apareció*

—¿qué haces aquí?—

—No pareces feliz de verme.—Sam fingió estar ofendido mientras entraba al lugar.

—¿cómo puedes decir eso? Claro que me alegra verte. Es sólo que me hubieses avisado que venías y preparaba más palomitas. No pienso compartirte las mías.—me senté en el sofá.

—Que egoísta eres...—me acompañó—. ¿qué vas a ver?—

—Empezaré con Coco, es una animada.—

—Es mala...—lo miré.

—¿la has visto?—

—No, pero ninguna película que tenga nombre de fruta puede ser buena.—

—¿Y la naranja mecánica?—sonreí victoriosa.

—Es diferente, esa es... mecánica.—reí.

—Es el argumento más tonto de la vida. Vamos, Falcon, disfruta la película y mi invaluable compañía.—

—Es una pelicula de Disney te apuesto 100 dólares a que: se muere un familiar, el protagonista se pone en rebelde, se mete en problemas, hay magia de por medio y... todo se arregla y terminan cantando.—

—Eso no lo sabes...—

—Ya te dije, te apuesto 100 dólares o... un beso.—enarqué una cena.

—¿es en serio?—

—¿qué? Un beso vale más que 100 dólares.—

—Eh... no. Con 100 dólares puedes comprar muchas cosas.—

—Que materialista eres...—

—¡cállate, ya va a empezar!—le lancé un cojín.

•○•

Tal y como Sam predijo, la historia tuvo todo lo que él detalló. Excepto una cosa: que me lloraría la vida, y aún más sorprendente, que él también lo haría.

—¿Estás... llorando?—solté mientras intentaba ver el rostro del moreno.

—Claro que no, es solo que el televisor tiene mucho brillo y-

—¡estás llorando!—reí.

—Tú también lo haces y no te digo nada.—

—Pero tú eres el gran Falcon, el pajarito de metal que nunca llora.—

—Bueno, supongo que mi hombría no contaba con la existencia de esta maldita película.—sonreí.

Tomé el rostro del hombre y planté un dulce beso sobre sus labios.

—Tenías razón, ahí tienes mi parte del trato.—Sam sonrió antes de besarme de nuevo.

—Fue un placer hacer negocios contigo.—

Pusimos otra película y continuamos nuestra maratón, está vez, un poco más cerca el uno del otro.