*Tony otra vez te había dejado plantada. Esta vez, la excusa fue un problema con Hulk. Por tu parte, ya estabas bastante cansada de las actitudes del genio, por lo que decidiste pedirle un tiempo*
Caminaba tranquilamente por el parque, pensando si debía o no darle otra oportunidad a Stark.
—Sí la memoria no me falla, esta sería la vigésima cuarta vez que me cancela una cita.—me senté en un banco—. Ni siquiera sé si realmente me quiere... imbécil.—
—En primer lugar: sí, te quiero muchísimo.—Tony apareció frente a mi—. Y en segundo lugar: auch, no hay necesidad de insultos.—sonreí—. Sé que estás más que enojada conmigo, pero quiero compensarte. No es fácil aguantarme, y tú siempre estás ahí para mi. Asi que tengo algo para ti.—señaló detrás de mi.
Algo confundida, miré hacia donde apuntaba, encontrándome con un caballo.
—Pero ¿qué-
—Sé que tu mayor deseo era tener un caballo.—
—Sí, cuando tenía 7 años ¿estuviste investigándome?—enarqué una ceja—. ¿cómo carajos pretendes que cuide semejante animal? Suficiente tengo contigo.—
—¡hey! No me insultes frente a Steve.—
—¿lo llamaste como tu amigo?—
—Sí, es blanco, me recordó al hielo... como sea.—se acercó a mi—. ¿no vas a perdonarme?—suspiré.
—Tal vez.—Tony sonrió—. Pero debes construir un hogar para Steve, supongo que tendremos que hacernos cargo de él.—
—Haré lo que sea, le pondré un televisor para que no se aburra si quieres.—
—Pero TÚ debes construirlo, nada de empleados. Quiero que lo hagas con tus propias manos.—
—Entendido, ya mismo le encargaré a Happy que compre madera. Entonces... ¿te gustaría una cena?—tomó mi cintura—. Sólo tú, yo y Steve el caballo.—no pude evitar reír.
—Esta bien.—Tony quiso besarme, pero lo aparté—. Una advertencia... Vuelves a dejarme plantada, y ni un maldito unicornio te salvará ¿entendido?—
Tony besó mis labios rápidamente.
—Fuerte y claro.—sonreí de lado antes de besarlo con ternura.
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