Gabriel, un adolescente común, llevaba una vida rutinaria hasta que una mañana despertó para descubrir que su cuerpo se había transformado por completo en el de una chica. A medida que pasan los días, Gabriel conocerá a nuevas personas que desafiará...
No mucho minutos después de haber estado sola en mi habitación escuché como alguien tocaba la puerta de esta y mi primera reacción por algún motivo fue meterme bajo la manta de mi cama intentando así sentirme segura.
Sam: Gabriel soy yo... ¿Puedo entrar?
Inmediatamente reconocí la voz de mi prima tras la puerta y obviamente no quería que entrara para que me viera así por lo que empezamos una especie de discusión.
Gabriel: ¡Quédate afuera!
Sam: Pero... ¿Esa es tu voz?
Gabriel: ¡No! Bueno... Si...
Sam: Gabriel Alejandro si no abres esa puerta entraré a la fuerza.
Luego de esta amenaza sabía que no tenía escapatoria, ni siquiera la puerta de mi habitación tenía el seguro puesto por lo que bastaría con simplemente girar la perilla y estaría a su merced... Cosa que obviamente hizo y entro a mi habitación momento en el que me aferré con más fuerzas a mi escondite bajo la manta.
Sam: Gabriel... ¿Podrías salir de debajo porfis?
Gabriel: No...
Sam: Escucha, no sé que te pasó pero... Anda, hazlo... ¿Acaso no confías en mí?
Mi prima sabe perfectamente que confío en ella y por este único motivo fue que lentamente me asomé de debajo para poder verla a los ojos y claro está que su expresión fue igual a la mía cuando me miré por primera vez en el espejo.
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Sam: Wow eh... ¿Eres tú?
Gabriel: Si...
Sam: Pues... No está tan mal.
Gabriel: ¡Soy una chica!
Sam: Si pero... Si, tienes razón... Escucha, mi tía dijo que te pongas algo de ropa mía para que puedas pasar el día así que... ¿Me ayudas un poco?
Gabriel: O-Ok...
Terminé por salir de mi cama para pararme frente a Samantha y ella me examinó de pies a cabeza sin ocultar para nada su asombroso aunque al mismo tiempo me hacía sentir más incómodo.
Sam: Bien, primero la ropa interior ¿Si? Toma, quítate la pijama y ponte eso.
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