Gabriel, un adolescente común, llevaba una vida rutinaria hasta que una mañana despertó para descubrir que su cuerpo se había transformado por completo en el de una chica. A medida que pasan los días, Gabriel conocerá a nuevas personas que desafiará...
Bueno, finalmente había llegado el día de ir a casa de Luis y cuidar a su pequeña hermana pero antes de hacer todo esto tengo que obviamente alistarme por lo que con ayuda de mi prima ambas nos mantuvimos delante de mí armario unos segundos preguntándonos que ropa sería la adecuada.
Sam: ¿Sabes que? Tu ve a la ducha mientras yo pienso en algo y así ganamos tiempo
Gabriela: Está bien, vuelvo pronto.
Salí de mi habitación como lo dije e ingresé al baño donde estuve por lo menos una 10 minutos antes de salir e ingresar nuevamente a mi habitación donde mi prima al parecer ya había decidido que es lo que usaría y mientras secaba mi propio cabello ella me mostró de que se trataba, siendo mi atuendo para el día de hoy una blusa blanca, un pantalón de mezclilla celeste y unas zapatillas blancas.
Sam: ¿Qué opinas?
Gabriela: Me gusta.
Sam: Y a Luis le encantará.
Gabriela: Tonta...
Ignorando lo mencionado por mi prima terminé de secar mi cabello para luego dirigirme a tomar la ropa que ella había seleccionado para que salga el día de hoy y me la puse, realmente no era algo que usaría todos los días pero ciertamente se veía bien así que una vez mi cabello estuvo listo yo también lo estaba por lo que ambas salimos de mi habitación a la sala donde mi madre me esperaba, salimos de la casa y antes de que subiera al auto me despedí de mi prima.
Sam: Suerte y no hagas travesuras.
Gabriela: ¿De que hablas?
Sam: Yo me entiendo...
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Gabriela: Lo sé... Nos vemos.
Sabía perfectamente a que se refería mi prima y esa risa traviesa que me dió antes de que subiera al auto confirmaba mi ida, durante el corto camino a casa de Luis hablé con mi mamá sobre cómo habían estado las cosas hasta que llegamos al lugar, era un vecindario bastante parecido a donde yo vivía, muy tranquilo y con algunas personas caminando por la calle haciendo lo suyo. Al tocar el timbre de la puerta esperamos unos segundos antes de que la madre de Luis nos invitara a pasar y como nuestras madres se habían conocido anteriormente estuve unos cuantos segundos escuchando cómo estas conversaban hasta que la hermana de Luis vino y nos saludo a mi madre y a mi.
Gabriela: Hola pequeña, ¿Como haz estado?
Ariana: Bien, quería verte.
Gabriela: Yo igual pequeña...
Ariana: ¿Vamos a jugar?
Gabriela: ¿Puedo ir?
Mamá de Luis: Claro cariño.
Con el permiso de la madre de Luis, Ariana me tomo de la mano y me llevó escaleras arriba hasta su habitación la cual era la típica habitación de una niña de su edad. Muchos juguetes por todas partes yendo desde algunas Barbies, peluches e incluso un muñeco Max Steel el cual supuse en algún momento fue de Luis y ahora era de su hermana.
